Río de Janeiro.- El proyecto de ley para reducir de 18 a 16 años la edad de la mayoría penal dividió al poder político en Brasil, mientras el 87 por ciento de la población se declara a favor de la iniciativa con el fin de disminuir la violencia.
Aunque la presidenta brasileña Dilma Rousseff expresó esta semana su rechazo a la iniciativa legislativa, por considerar que no ayudará a luchar contra la criminalidad, el Congreso se prepara para estudiar la reforma a la ley.
Una comisión especial, integrada por 27 diputados, en su mayoría favorables a la reducción de la mayoría penal, inició los trabajos para debatir la propuesta y emitir un reporte sobre su viabilidad constitucional.
De ser aprobada por la comisión -lo que podría suceder en unos tres meses-, la propuesta será enviada a las dos cámaras del Congreso, donde debe recibir al menos 60 por ciento de votos favorables para ser aprobada definitivamente, sin que sea necesario el visto bueno de Rousseff.
La iniciativa nace de la llamada “bancada de la bala”, un grupo de congresistas conservadores que busca endurecer el código penal como medida contra la delincuencia, así como restablecer la libre portación de armas por parte de civiles, prohibida en Brasil.
Los legisladores argumentan que la ley contribuirá a la lucha judicial contra grupos de narcotraficantes y criminales, que utilizan en la actualidad a menores de edad para cometer sus actividades delictivas con mayor impunidad.
Un sondeo publicado este miércoles por el Instituto Datafolha señala que el 87 por ciento de los brasileños estaría a favor de la reducción de la mayoría de la edad penal.
Sin embargo, los críticos alegan que la criminalización de los jóvenes no contribuirá a rebajar los elevados índices de delincuencia en el país y sólo saturará aún más las cárceles del país sudamericano.
Las cárceles brasileñas son consideradas como una de las peores de América Latina, y algunos grupos humanitarios afirman que se necesitan al menos 200 mil plazas suplementarias para dar cabida al total de la población carcelaria, que supera el medio millón.