Silvia había estado atormentada por su peso corporal durante toda su vida. Había probado toda clase de dietas y realizaba muchos ejercicios. La realidad es que creía cumplir con sus propósitos, pero no era constante con el ejercicio ni con la dieta en turno, pues se daba muchos permisos para probar toda clase de postres. Un médico que le aseguró que estaba especializado en problemas de sobrepeso, le mandó un medicamento para que no tuviera apetito y cumpliera su sueño de ser talla 30 o menos, pues ella usaba tallas 40. Le dijo que este medicamento era un anorexigénico, o sea un fármaco desarrollado para inhibir la sensación de hambre y que podría comer de todo.
Por unos dos años se mantuvo tomando el fármaco y perdió unos ocho kilogramos, por lo que decepcionada lo abandonó y regresó a sus eternas dietas sin control responsable.
Hago aquí un breve intervalo para comentarles que no hay planes de estudio formales en nuestro país, para que un médico general realice estudios de postgrado en bariatría, por lo que la afirmación de su médico era falsa, pues la bariatría es una supuesta especialidad médica, que no existe en los planes de postgrado de las universidades en México.
Unos seis meses después, me consultó por falta de aire de al menos un mes de evolución, una sensación muy desagradable que había ido en aumento y que ahora le impedía hacer una vida normal, puesto que hasta vestirse le agitaba la respiración y ahora se despertaba con falta de aire, por lo que usaba cuatro almohadas y dormía semisentada y se sentía siempre agitada, con el corazón palpitando con mucha fuerza en su pecho, o al menos eso creía.
La realidad es que sentía su corazón muy agitado y que le pegaba contra el pecho, porque tenía un grave daño en la válvula mitral provocado por el medicamento para quitarle el apetito, lo que hizo que su corazón estuviera muy dilatado y con mínima fuerza para contraerse. Había perdido el ritmo cardíaco normal y ahora tenía un ritmo completamente irregular llamado fibrilación auricular que había sido provocado por la misma dilatación cardíaca y a menos que hiciera algo por ella, el daño de su corazón la llevaría a la muerte.
Cuatro semanas más tarde recibió una prótesis mitral, que es una válvula artificial para sustituir la que estaba dañada y aunque tuvo una recuperación muy difícil, ahora toma anticoagulantes y aspirina, con lo que hace una vida normal.
Este es sólo uno de los ejemplos de fármacos que dañan directamente al corazón, pero hay diversos medicamentos que se usan cotidianamente y que pueden tener consecuencias terribles sobre el corazón y el aparato circulatorio.
Es muy importante entender que el daño ocurre porque hay personas susceptibles a una sustancia que no produce problemas en otros miles de individuos. Esto es lo que se llama un efecto secundario indeseable y que la mayor parte de las veces depende de la forma individual en que una persona reacciona a un medicamento, lo que los médicos llamamos idiosincrasia.
Otros fármacos que afectan terriblemente al corazón son los antracíclicos, una variedad de medicamentos contra el cáncer. Dentro del enorme arsenal de la quimioterapia, hay varios medicamentos que afectan al corazón, pero los antracíclicos en particular, provocan lesiones directas en el músculo cardíaco que obligan a suspenderlos, por lo que los pacientes necesitan un control muy preciso de sus condiciones cardiológicas, por lo que se les debe realizar un estudio muy completo cada mes, con electrocardiograma, múltiples exámenes de laboratorio, radiografía del pecho y ecocardiograma (una variedad de estudio que utiliza ultrasonido para obtener imágenes del corazón).
Después de un infarto del miocardio, los antiinflamatorios son particularmente peligrosos para el paciente. Por idiosincrasia, un paciente que reciba diclofenaco, naproxeno y hasta el inocuo ibuprofeno, todos ellos analgésicos y antiinflamatorios que son usados comúnmente, pueden provocar una ruptura cardíaca, ¡una condición mortal!.
Otro efecto indeseable en el corazón es el espasmo coronario, una situación que provoca el cierre agudo de una arteria coronaria y puede llevar al paciente a la muerte. Y todo por tomarse un analgésico.
Otros medicamentos que provocan problemas cardiovasculares son: el astemizol, que es usado para problemas alérgicos, la cisaprida que se usa para el reflujo gástrico en niños y adultos, el ketoconazol que es un fármaco para eliminar hongos de la piel y las uñas, algunos medicamentos usados para tratar la diabetes mellitus como la glicazida, los medicamentos contra la depresión como la amitriptilina, los medicamentos contra enfermedades psiquiátricas como la cloropromazina, antibióticos muy sencillos y ampliamente usados desde hace 40 años para infecciones respiratorias como la eritromicina y la claritromicina, así como el celecoxib y medicamentos afines, que son fármacos analgésicos y antiinflamatorios que prometían ser muy seguros ya que no provocan gastritis ni úlceras pépticas…pero todos estos medicamentos pueden provocarle una arritmia mortal llamada taquicardia ventricular polimorfa pues alteran la electricidad normal del corazón y cuyo tratamiento es difícil y necesariamente dentro de un hospital.
Los diuréticos son también extraordinariamente útiles pero provocan problemas del corazón, ya que favorecen la pérdida del potasio de la sangre, a través de la orina y cuando el potasio baja mucho, se producen arritmias graves que pueden llevar a la persona a un paro cardíaco. Solicite a su médico información sobre la ingesta de potasio natural o si necesita que le prescriban medicamentos que eviten la pérdida o que le restituyan el potasio.
En este punto, también debo destacar que por idiosincrasia, los medicamentos para tratar las arritmias, pueden provocar trastornos del ritmo más severos que los que el médico pretendía resolver. ¡Imaginen estimados lectores, que les da fiebre y lo que les prescribo para eliminarla, les provocara más fiebre…pobre favor les hago!, pero este problema existe y ha provocado que varios medicamentos antiarrítmicos hayan tenido que ser retirados del comercio.
Me debo referir también a los fármacos para resolver la disfunción eréctil, que pueden provocar hasta la muerte cuando se combinan con nitratos, que son medicamentos para tratar la angina de pecho y prevenir un infarto.
Espero haberlos informado de manera suficiente y estoy a sus órdenes para dudas y comentarios en el blog o en mi correo.