» Complicaciones del corazón por una cirugía no cardiológica

Esta nota fue creada el lunes, 27 mayo, 2013 a las 3:00 hrs
Sección: La corazonada

Las complicaciones cardiovasculares durante una cirugía no cardiológica son eventos sumamente graves, pues elevan la mortalidad y se presentan en un 5% de todos los pacientes operados.

Todos las personas que van a ser operadas, necesitan una valoración preoperatoria, sobre todo arriba de los 40 años, para detectar a tiempo el riesgo de una complicación del aparato circulatorio que cambiará drásticamente el resultado de la cirugía programada.

Por ejemplo, la mortalidad de una cirugía programada de vesícula biliar es menor al 1%, pero puede elevarse hasta un 40% (¡ojo!) cuando una complicación cardiovascular se presenta.

Las principales complicaciones son el infarto del miocardio, la trombosis venosa profunda, la tromboembolia pulmonar, las crisis hipertensivas, el edema pulmonar, las arritmias ventriculares y las hemorragias graves por medicamentos.

No prevenir este tipo de problemas tiene implicaciones médicas, legales, éticas, quirúrgicas y económicas.

Detectar antes de una posible cirugía una lesión del corazón, salvará la vida de las personas, por lo que si su médico no lo ha enviado a una valoración preoperatoria y usted tiene más de 40 años, solicite que se le realice este procedimiento pues podría estar salvando su vida.

Los problemas más comunes del corazón, que podrían haber evolucionado por años sin dar síntomas, son la enfermedad de una válvula cardíaca, las arritmias y la amenaza de infarto.

La tensión emocional que provoca una cirugía puede descompensar a un paciente hipertenso o provocar una arritmia potencialmente mortal. Si a esto agregamos que una cirugía grande y cruenta puede provocar sangrados importantes, esto motivaría la posibilidad de infarto por una baja sustancial de la perfusión del corazón. Y esto lo he vivido varias veces, por ejemplo en cirugía de cadera, de próstata o la extracción del útero.

Por otra parte, que una mujer sea llevada a una cirugía ginecológica, urinaria o del aparato digestivo, puede provocarle endocarditis infecciosa. Aún una extracción de una muela puede ocasiona esta enfermedad, que consiste en una infección del corazón, que observamos en personas que no tienen síntomas, pero que tienen una válvula enferma, ya sea de nacimiento o por inflamación reumática por infecciones repetitivas de la garganta.

La endocarditis es un problema tan grave, que la mitad de los pacientes que la presentan, desafortunadamente fallecen, aún en los mejores hospitales del mundo, por lo que es crucial una valoración preoperatoria para detectar lq presencia de la enfermedad valvular, pues la prevención de una endocarditis es sumamente sencilla y se realiza con antibióticos profilácticos.

Un grupo de pacientes que se nos complica con frecuencia, son los varones que requieren cirugía de la próstata. Hasta el 20% de ellos pueden presentar edema agudo del pulmón, que quiere decir que se les inundan los pulmones con líquido que se absorbe desde la próstata, pues la resección de este órgano a través de la uretra del pene, implica aplicar grandes cantidades de líquidos para poder ver los cortes que se van haciendo.

Esto puede llevar a la muerte de las personas, elevando la mortalidad del 0.5% habitual hasta el 6% (¡es decir, la mortalidad es 12 veces mayor!) cuando se nos complica el paciente, a pesar de los enormes avances tecnológicos que se han logrado en cirugía, pues aún individuos sanos pueden presentar este problema, basta que tengan más de 65 años.

También participan en este problema los pacientes con hipertensión arterial, pues cuando no han sido bien cuidados desarrollan cardiopatía hipertensiva, que se caracteriza por un corazón más grueso y que no se puede llenar de sangre con facilidad pues al engrosar se endurece, por lo que es más fácil que caigan en edema pulmonar en varios tipos de cirugía. Esto también es válido para pacientes con angina de pecho o con la válvula aórtica muy estrecha, enfermedad llamada estenosis aórtica.

La complicación más dramática, es la muerte súbita en el quirófano por una mala valoración preoperatoria y cuya causa principal es un infarto del miocardio que no era esperado. Ocurre pocas veces, menos de  una vez por cada 5000 cirugías, pero claramente es un evento terrible, que tiene implicaciones éticas, pues hay responsabilidad médica en estos casos, que obliga a un análisis muy detallado de los aspectos médicos, quirúrgicos, anestésicos y legales.

Una base indispensable para toda cirugía, es la información detallada del procedimiento que le vayan a realizar, las posibles complicaciones y los beneficios esperados, todo lo cual debe quedar contenido en un documento médico-legal llamado “Consentimiento Informado”, que todo paciente debe firmar, una vez que haya tenido una sesión informativa muy amplia, con el médico que lo vaya a intervenir.

Espero haberles dado suficiente información de este tema tan sensible y que en muchas ocasiones los pacientes no conocen.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com

Hasta la próxima.





           



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