El funcionamiento normal del cuerpo se altera de manera muy importante con un embarazo. El aparato circulatorio debe funcionar más rápido y de manera más eficiente durante la gravidez, ya que debe proporcionar la sangre suficiente para el bebé que está en camino. Un período particularmente difícil para la madre habrá de ser el parto, por lo que merece atención especial.
En las mujeres sanas que se embarazan, los cambios funcionales son muy bien tolerados. Sin embargo, la situación de una mujer que ya padece un problema cardiovascular puede poner en peligro su vida. Por lo tanto, es imprescindible la valoración médica durante todo el embarazo, lo cual permite identificar riesgos potenciales y enfermedades cardiovasculares de la madre que pongan en riesgo su vida y la de su hijo.
Me referiré solamente a las enfermedades de la circulación más comunes en una embarazada, pues de otro modo esta columna estaría compuesta por decenas de páginas.
Las enfermedades de las válvulas cardíacas son las lesiones más frecuentes, sobre todo la estrechez de la válvula mitral, enfermedad conocida como estenosis mitral y que consiste en la inflamación y cicatrización de los velos que forman a esta válvula.
En esta enfermedad, el orificio por donde debe circular la sangre, pasa de cuatro centímetros cuadrados a ¡menos de un centímetro!, por lo que la madre puede morir en edema pulmonar, pues al no circular bien la sangre, se le fuga líquido a los pulmones o bien puede padecer una embolia al cerebro, que puede llevarla a la muerte o a secuelas muy graves.
A partir del inicio de la gestación, la sobrecarga de trabajo hace que el corazón trabaje con más fuerza y más rápido y hacia la semana 28 del embarazo ha llegado a su máximo, por lo que la paciente inicia con síntomas, sobre todo la falta de aire que le impide realizar actividades normales.
En realidad, cualquier médico de cabecera debe estar capacitado para identificar a tiempo este problema, sin ser cardiólogo, pues el soplo que produce es muy característico y no debería pasar desapercibido para un médico.
Pero la realidad es otra, ya que la estenosis mitral es un problema grave de salud en nuestro país. Por fortuna, desde hace unos 20 años, podemos abrir la válvula mitral aún durante el embarazo, sin poner en peligro al bebé, mediante un baloncito en la punta de un catéter (llamado balón de Inoue, por el apellido del médico que lo inventó, quien es de origen japonés), pero el empleo de los necesarios anticoagulantes en esta etapa requiere un gran control, pues puede causar lesiones tanto en la madre como en sus hijos.
Cuando la mitral no puede abrirse con un balón, porque está muy calcificada, deberá practicarse una cesárea antes de que llegue a las 40 semanas el embarazo y proceder a cirugía de corazón abierto en la madre, cuando el cardiólogo lo juzgue necesario.
Junto con las hemorragias excesivas debidas a una mala atención en el parto y las lesiones mitrales que no habían sido diagnosticadas, la eclampsia, también llamada toxemia gravídica, es una importante causa de muerte materna durante el embarazo. La pre y la eclampsia son problemas circulatorios, caracterizados por tensión arterial elevada, pérdida de proteínas a través de la orina e hinchazón del cuerpo de la madre, además de convulsiones en el caso de la eclampsia.
Las señoras que se embarazan por primera vez están más expuestas, así como las que han tenido más de 5 hijos, cosa cada vez menos frecuente en la actualidad. No todas las embarazadas con la presión alta tienen pre eclampsia, ya que podría tratarse de una paciente que ya era hipertensa y no lo sabía o bien que está iniciando con esta enfermedad. De hecho, el 60% de quienes desarrollan pre eclampsia, se quedarán con la hipertensión para toda su vida.
Otros problemas cardiovasculares durante el embarazo, incluyen la cardiomiopatía dilatada, un grave estado de insuficiencia cardíaca de causa desconocida. Es una enfermedad terrible que tiene varias causas. La más común sigue siendo una infección viral del corazón, que provoca la muerte de muchas células de músculo cardíaco lo que lleva al paciente a una dilatación progresiva del corazón, lo que provoca dificultad para respirar y palpitaciones por arritmias.
En el caso de la embarazada, ocurre principalmente durante el puerperio, la fase posterior al parto, pero no se ha identificado la causa precisa, aunque se supone un problema inflamatorio muy grave, puesto que el tratamiento a base de cortisona mejora mucho la situación.
La naturaleza es muy sabia y por ello incrementa la capacidad de la madre para formar coágulos en el embarazo, ya que de esa manera la protege contra una hemorragia en el parto. Pero a veces se le pasa la mano, pues hemos visto embolias al cerebro, incluso infartos del corazón por el exceso de coagulación.
Un caso especial es la tromboembolia pulmonar, pues si bien puede deberse a la sobre coagulación mencionada, lo más común es que sea causada por un mal manejo obstétrico, por ejemplo, no usar medias elásticas en las piernas durante el parto, así como dejar muchas horas a la madre con las piernas elevadas durante la expulsión del producto de la gestación, algo que debe evitarse a toda costa, porque además, la posición que usamos en los hospitales para recibir a los bebitos no es precisamente la más adecuada.
Finalmente, me referiré a las lesiones cardiovasculares que la madre padece desde su nacimiento y que no habían sido diagnosticadas.
La más común es la comunicación interauricular, un defecto congénito que consiste en la falta de desarrollo del pequeño tabique que divide a las dos aurículas, que son las cavidades superiores del corazón. La lesión es más común en el género femenino y si el defecto no es muy grande, permite que la mujer tenga a sus hijos sin problemas; de hecho conozco varias señoras con tres o más hijos a las que no les habían diagnosticado el problema.
Imaginen lo mal que está nuestro sistema de salud, que en el hospital donde trabajé 32 años, son tratadas unas 200 nuevas pacientes con este defecto cada año y que no habían sido diagnosticadas.
Como pueden ver, los problemas cardiovasculares durante el embarazo son comunes. Las embarazadas deben tener control médico eficiente durante todo el embarazo y si se les presenta dificultad respiratoria, palpitaciones o desmayos, deben buscar la ayuda profesional de un cardiólogo.
Los invito a plantear sus dudas y les agradezco haber leído esta columna.
Hasta la próxima.
Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com