» El asesino silencioso

Esta nota fue creada el domingo, 17 julio, 2011 a las 21:59 hrs
Sección: La corazonada

En los años sesentas, junto con la música de Los Beatles y las revueltas juveniles, se hizo muy famosa una enfermedad conocida como “El asesino silencioso”.

Muchas personas la padecen en la actualidad, ya que de hecho es la enfermedad crónica más común en todo el mundo, pero no la conocen con este nombre, pues la identifican como “la presión alta”. En México hay unos 50 millones de personas con la enfermedad y menos de la mitad lo saben, de acuerdo a estadísticas oficiales del sector salud del año pasado.

El cuerpo humano no tolera elevaciones bruscas de la tensión arterial, puesto que si esto ocurre, sobreviene mareo, vómito, dolor de cabeza muy intenso y se pueden provocar problemas graves como una hemorragia cerebral y aún un paro cardíaco por infarto.

Pero cuando las elevaciones de la tensión arterial son ligeras y no ocurren durante todo el día, la persona no se entera de la enfermedad y su salud se va minando, ya que todo el cuerpo sufre de una mala circulación, puesto que la sangre llega a mayor presión.

Los órganos del cuerpo que más sangre reciben, son los que más sufren; de tal manera que la mayor repercusión de la enfermedad se presentará en el cerebro, el corazón y los riñones, que son considerados los órganos de choque de la Hipertensión Arterial Sistémica, la enfermedada de la presión alta, un verdadero “asesino silencioso”.

Si bien es conocido que hay genes relacionados con la hipertensión, también se sabe que no siguen las leyes de la herencia, como lo hace la diabetes. Así pues la causa de la hipertensión está relacionada, pero no necesariamente es hereditaria. Tiene más peso en el desarrollo de la enfermedad, tener malos hábitos dietéticos, la obesidad, la falta de ejercicio y el tabaquismo, que la herencia.

En los sesenta era común considerar que la hipertensión llegaba después de los cuarenta años, pero ahora vemos a gente muy joven y aún adolescentes que padecen la enfermedad y necesitan medicamentos. Yo atiendo a una niña de 12 años con hipertensión primaria.

Lo de primaria y secundaria, es debido a que a veces hacemos todo tipo de exámenes y no descubrimos un origen para la enfermedad por lo que la llamamos primaria y que es un 95% de todos los pacientes. Así pues un 5% son enfermos hipertensos secundarios, cuya causa puede ser un vaso sanguíneo obstruido en un riñón, por un tumor en una glándula y otra serie de causas, que son tarea del médico descubrir para ofrecer un tratamiento, que frecuentemente cura la hipertensión.

Esta es una característica que la variedad primaria de la enfermedad no tiene, pues una vez que el paciente es clasificado como hipertenso primario lo será por toda la vida y tendrá un 90% de seguridad de tener que tomar medicinas y llevar cuidados de por vida.

En la actualidad sigue habiendo controversia sobre las cifras normales de la tensiòn arterial.

El mayor acuerdo es que los adultos debemos tener como máximo 130 de presión alta llamada sistólica y 80 de baja o sistólica. Cifras mayores ameritan control médico, pero no necesariamente el empleo de medicamentos.

Cuando se le toma la tensión a una persona, ésta deberá estar tranquila, haber reposado unos 10 minutos, de preferencia sin haber tomado alimentos recientemente y regitrar la tensión al menos en dos de tres posiciones: acostado, sentado y de pie.  Los médicos tomamos la decisión de los medicamentos que debe tomar la persona, en función del perfil de cada individuo.

Si alguien de 48 años es diabético, fumador, obeso y ha tenido angina de pecho,  recibirá una medicación muy diferente a una mujer de 75 años, delgada y previamente sana. Por ello no debe escuchar a un buen amigo que le recomienda sus pastillas para la presión porque su tratamiento puede ser totalmenete diferente al de usted.

Por lo tanto, los medicamentos los debe seleccionar su médico de confianza, el cual basado en sus conocimientos, en su experiencia, pero sobre todo en el perfil de la persona, prescribirá lo que considere más adecuado, dentro de las varias decenas de fármacos diseñados para tratar esta enfermedad. Por esto en esta columna no encontrará consejo alguno sobre un medicamento que sea mejor que los demás, ya que la prescripción debe ser individualizada.

Por otra parte, lo que antes llamábamos tratamiento no farmacológico, son lineamientos que pueden aplicarse a todos los enfermos de hipertensión. Estos consejos también deben individualizarse por su médico, pero lo que aquí sugiero no pone en riesgo a nadie.

Se recomienda un ejercicio aeróbico por 20 a 30 minutos de 3 a 4 veces a la semana, como mínimo. Entre otros, la caminata, bicicleta estacionaria o elíptica, caminar en banda sinfín, nadar, remo, etc, resulta muy útil. Las personas que ya saben que tienen enfermedad cardíaca deben hacerlo antes de tomar algún alimento y relajarse durante el ejercicio.

Ya es conocido que hacer sesiones de relajación mental, yoga y meditación son acciones muy benéficas. Conviene recordar que la hipertensión de batas blancas ocurre precisamente por la ansiedad de acudir al médico, pero este tipo de personas debe recibir tratamiento ya que a la larga tendrá la enfermedad sin lugar a dudas.

Le recomiendo no usar salero de mesa; coma bien, con buen sabor, agregue sal a sus alimentos al prepararlos pero olvide el salero de mesa y se beneficiará enormemente. Le conviene ser metódico y disciplinado en todo, incluso en sus horas de sueño, pues la presión alta tiene un ritmo circadiano, es decir varía a través del día, por lo que dormir 7 a 8 horas lo ayudará.

Puede consumir café, hasta 3 tazas al día pero no consuma tabaco. La asociación de tabaco y presión alta es mortal. En relación al alcohol hay muchos mitos: es falso que baje con whiskey y suba con cognac, así que  Usted escuchará muchas consejas. Puede beber el equivalente a dos copas al día de licor fuerte  o su equivalente en vino de mesa o cerveza, pero considere que una cantidad mayor le subirá la presión.

Esto también vale para medicamentos de uso común que debe consumir con el consejo de su médico, ya que algunos antigripales, analgésicos y muchos más, bloquean los efectos benéficos de las medicinas para la presión.

Con todo mi corazón espero haberlos ayudado el día de hoy en una enfermedad tan frecuente y nos vemos en la próxima.

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