Fernando es un paciente que no podía realizar su vida con normalidad, ya que los síntomas que había desarrollado le impedían tener una correcta visión. A los 12 años había perdido el ojo derecho en un accidente y ahora con 36 años, presentaba una ceguera intermitente de su único ojo, puesto que los reflejos de la pantalla de su computadora le impedían leer y ver imágenes.
Esto le pasaba también al pasar de una habitación iluminada a otra semioscura, pues sentía luces y tenía la sensación de flashazos que le impedían desplazarse hasta por tres horas, pues no podía ni caminar ni conducir.
Decidió consultar a oftalmología, que le aseguró que no tenía nada en el ojo y por ello acudió a consultarme, pues su mamá es mi paciente.
Los síntomas me parecieron de origen vascular, pues así se presentan en personas que padecen migraña, una enfermedad ocasionada por espasmo de los vasos sanguíneos.
Le propuse un manejo de ocho semanas con ácido acetil salicílico más imipramina y en su segunda consulta se mostraba feliz, pues los problemas de su visión habían desaparecido y ahora podía trabajar además de hacer una vida normal.
El caso es real y solamente he cambiado el nombre por ética médica. Este paciente sufría de un espasmo periódico de los vasos sanguíneos de su ojo que lo incapacitaba por horas y por eso me pareció interesante volver a revisar para ustedes, amables lectores, el tema del espasmo vascular.
Las arterias y venas de nuestro organismo son como pequeñas mangueras que están formadas por tres capas perfectamente delimitadas. La más interna, que está en contacto con la sangre, se llama íntima y está formada principalmente por una capa de células planas, como huevos estrellados, llamada endotelio.
La capa del centro de los vasos, conocida como capa media está formada principalmente por músculo liso involuntario que es el responsable de abrir o cerrar los vasos sanguíneos, puesto que varias sustancias naturales de la sangre y los nervios que llegan a las venas y arterias, producen dilatación al relajar al músculo y con la contracción del mismo, aumentan la presión sanguínea y disminuyen la luz de los vasos. Justamente un espasmo vascular, es el cierre espontáneo de un vaso sanguíneo, lo cual disminuye o impide el flujo de la sangre hacia el órgano que ese vaso irriga.
El espasmo en las coronarias podría no ocasionar síntomas, pero generalmente produce angina de pecho y si se sostiene por más de 20 minutos, puede llevar al paciente a un infarto del miocardio y por eso le puede ocasionar la muerte.
Cualquier vaso sanguíneo puede sufrir espasmo, por eso vemos migraña, isquemia cerebral transitoria, sordera súbita reversible y aún el fenómeno de Raynaud que les explicaré en breve y no solamente angina de pecho.
Tanto en personas que tienen lesiones por grasa en las coronarias como en personas cuyas coronarias son completamente sanas, se puede presentar el espasmo coronario.
La mala circulación de un órgano de nuestro cuerpo, es conocida como isquemia y su principal causa es una placa de grasa en la íntima de la arteria, lo que todos conocemos como ateroesclerosis. Sin embargo, el espasmo coronario puede verse en personas cuyas coronarias son completamente sanas.
Se han identificado varias causas del espasmo arterial, pues se asocia a tabaquismo, a drogas como la heroína y cocaína, el estrés emocional, la exposición al frío, medicamentos vasoconstrictores (que cierran los vasos) como las anfetaminas, algunos betabloqueadores y fármacos que son usados para evitar sangrado después del parto (como la ergonovina), además de que se presenta como respuesta a un traumatismo cerebral.
Debe haber un fondo genético en el espasmo arterial, que aún no se ha identificado, pues millones de personas están expuestas a las causas que les he mencionado y sin embargo, menos de un dos por ciento de los humanos desarrolla espasmo arterial.
Así por ejemplo, he conocido varios pacientes que han tenido dolor típico de angina de pecho al exponerse a un aire acondicionado o al frío de la madrugada mientras dormían.
En la migraña, cuya causa es un espasmo vascular cerebral, se ha observado que el chocolate, el vino tinto y algunas semillas como las nueces, pueden disparar la crisis de dolor.
Llamo su atención a que no es un fenómeno raro pues el 16% de toda la población del mundo ha padecido migraña en alguna etapa de su vida, que puede durar años. De hecho, hay un fondo hereditario bien definido en esta enfermedad, que no se ha identificado en otras formas de espasmo vascular.
En el fenómeno de Raynaud, el espasmo de las arterias periféricas provoca que las manos de quien lo padece se pongan blancas de manera extrema al lavarse con agua fría, pero a veces les pasa aún a temperatura ambiente. Hay dos formas de este fenómeno: una primaria en que el espasmo es el único problema y la forma secundaria que se asocia a las llamadas enfermedades autoinmunes como el Lupus Eritematoso Sistémico, la Poliarteritis Nodosa o la Artritis Reumatoide.
El tratamiento del espasmo vascular es muy complejo, pues la respuesta del paciente a los diferentes medicamentos que usamos es totalmente individual y a veces enfrentamos formas de espasmo vascular que son rebeldes al manejo. Empleamos antagonistas del calcio en el espasmo cerebral, como el nimodipino y otro más, conocido como diltiazem, en el espasmo coronario para tratar la fase aguda y prevenir nuevos eventos.
Muchos pacientes se benefician con el empleo de aspirina, pues sabemos que este medicamento estabiliza al endotelio, sobre todo cuando hay alguna pequeña placa de grasa (de ateroma) que sirve como espina irritativa para que se presente el espasmo.
Otro medicamento muy útil es la imipramina, un fármaco utilizado inicialmente como antidepresivo, se le ha encontrado utilidad en otros problemas como la migraña, el espasmo coronario, la angina de pecho microvascular, la enuresis (orinarse sin sentir al estar dormido) y aún la eyaculación retrógrada. Sin embargo, es un medicamento delicado y debe ser usado por médicos con experiencia y el paciente debe ser instruido sobre los riesgos, ya que puede provocar arritmias cardíacas y descontrol de la presión sanguínea.
Como siempre, he revisado el tema con el objetivo de informarlos y ayudarlos, pero si tienen dudas no dejen de enviar un mensaje de correo.
Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com
Hasta la próxima.