Cada año mueren 18 millones de personas por una enfermedad cardiovascular, a través de todo el mundo.
Aunque es una cifra apabullante, pues es la primera causa de muerte también en México, el número real es todavía más grande, puesto que muchas personas con diabetes mellitus fallecen por infarto, aunque son registradas como fallecidas por la diabetes.
Esto explica que muchas autoridades de salud en México, consideran a la diabetes mellitus como primera causa de muerte, pero sin lugar a dudas las muertes son por obstrucciones de los vasos sanguíneos que son producidas por placas de grasa, duras y calcificadas, que todos ustedes conocen como ateroesclerosis.
El 9 de este mes, se publicó la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2012) que reafirma estos conceptos.
Como pueden percibir, estimados lectores, la causa de tanta enfermedad y mortalidad está bien identificada y en consecuencia podemos combatirla, pero más aún: podemos prevenirla.
Evitar que un evento llegue a producirse, es conocido como Prevención Primaria y cuando una persona ha sufrido de angina de pecho o un infarto y evita que le vuelva a dar, es conocido como Prevención Secundaria.
En la columna de hoy, analizaré para ustedes la información científica con que contamos para evitar la ateroesclerosis en forma primaria, antes de que nos enfermemos, en función de controlar los siguientes problemas de salud que en conjunto llamamos factores de riesgo.
Obesidad: mantenerte en el peso adecuado a tu estatura, edad y género resulta crucial. La relación entre tu peso y estatura, es lo que llamamos índice de masa corporal (IMC); el IMC normal es menor a 25, en tanto que están en sobrepeso quienes tienen hasta 29 y quienes tienen un IMC de 30 o mayor, están en obesidad y su riesgo de desarrollar presión arterial alta, diabetes y dislipidemia es muy elevado.
La causa más importante sigue siendo la resistencia que los tejidos de la persona obesa, desarrolla contra la insulina natural que está produciendo todos los días, como todos lo hacemos. Esto es lo que llamamos Síndrome Metabólico y aunque aclaro que hay personas obesas sin resistencia a la insulina, la prevención primaria básica en este caso es mantener un peso adecuado.
Tabaquismo: con este problema no hay medias tintas, ya que dejar de fumar es imperioso. Aún los fumadores pasivos se ven muy perjudicados, a veces más que los fumadores directos o activos, pues son más de cinco mil sustancias las que la combustión del tabaco produce y que favorecen la ateroesclerosis. La prevención primaria es definitiva: no se debe fumar.
Por favor, abandone el tabaquismo y no siga perjudicando a sus seres queridos.
Dislipidemia: le llamamos así a la enfermedad de las grasas elevadas en la sangre. Particularmente peligroso es el colesterol de baja densidad (LDL-C por sus siglas en inglés), cuya cifra no debe superar los 120 mg en personas por lo demás sanas y 100 en diabéticos.
No es nada más lo que comemos, deben tener presente que las personas producimos colesterol de manera natural, ya que es indispensable para la vida, puesto que es un componente natural de las células y de diversas sustancias vitales.
Se debe comer muy variado, con una ingesta regular de frutas, verduras y cereales, de acuerdo a lo que mencionaré más adelante. La dieta mediterránea sigue siendo muy útil y ha probado su importancia a través de decenas de años.
Diabetes Mellitus: cuatro de cada diez pacientes que sufren un infarto son diabéticos, por lo que resulta crucial que los diabéticos mantengan una hemoglobina glucosilada (Hb1) debajo de 6 mg/dl.
Todos tenemos una parte de la proteína de los glóbulos rojos, saturada de azúcar (de glucosa) pero no se debe superar esta cifra, por lo que si un paciente diabético determina su Hb1 al menos 4 veces al año, estará haciendo prevención primaria.
Para esto debe llevar una dieta adecuada, controlar su peso pues de otro modo tendrá resistencia a su propia insulina y hacer ejercicio aeróbico.
Aspirina: si bien es un medicamento fundamental para quienes ya padecen de un infarto o angina de pecho, no hay ningún apoyo científico para usar aspirina si usted es una persona sana.
En un estudio reciente que incluyó más de 250 000 personas, con enfermeras y médicos participando, se encontró que probablemente las mujeres diabéticas son las únicas beneficiadas con el uso preventivo de aspirina, pero en realidad falta sustento científico.
Aprovecho el espacio para mencionar que lo mismo ocurre con el uso profiláctico de estrógenos tomados después de la menopausia.
Ejercicio: no hay duda que el ejercicio aeróbico frecuente es un pilar de la prevención primaria. Un período de 30 minutos de caminata ligera 4 veces a la semana puede ser suficiente. Hay alternativas como la calistenia, la natación o el trote, que deberá individualizarse de acuerdo a las condiciones personales.
Vitaminas: si bien son cofactores fundamentales para la vida, no los recomiendo como un suplemento. Basta con que usted coma variado y de manera natural todos los días.
Olvídese de la chatarra, de los alimentos industrializados y estará haciendo prevención primaria. Hace unos 6 años se terminó un estudio científico que demostró lo que sospechábamos por décadas: a excepción de una persona que sufra una enfermedad depauperante como cáncer, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca y otras, no es necesario tomar suplementos vitamínicos.
Alcohol: hay suficiente información para asegurar que el alcohol como tal, no más de 60 ml por día y en particular el derivado de los diferentes vinos de mesa por su alto contenido en bioflavonoides, son excelentes antioxidantes. No les estoy proponiendo que beban diario, pero no le tengan miedo a estas cantidades de alcohol, de acuerdo a lo que analizamos en otro capítulo de esta columna.
Omegas: no compre tabletas que contengan estos ácidos. Son excelentes antioxidantes y absolutamente necesarios, pues los ácidos grasos esenciales que tienen omegas 3 y 6 no son producidos por los humanos por lo que debemos ingerirlos en pescados como salmón, bacalao, caballa y otros, en tanto que algunos extraordinarios aceites como soya y en particular canola los contienen en grandes cantidades, además de los omega 9 como pasa también con el aceite de oliva.
No es necesario que los consuma a manera de tabletas, ya que con el consumo diario de estos aceites extraordinarios y cien gramos a la semana de pescado, estarán ingiriendo la cantidad adecuada de estos elementos indispensables para la prevención primaria.
En particular, las personas que tienen el antecedente de infarto en uno de sus padres y sobre todo si este problema les ocurrió antes de los 55 años, se verán beneficiadas con las modificaciones a su estilo de vida aquí descritas.
Puesto que la ateroesclerosis es un problema multifactorial, entre más factores de riesgo controlen, lograrán que su herencia no se exprese, pues aunque tengan los genes, al evitar un ambiente nocivo, habrá gozado de la medicina más barata: la prevención.
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