El estilo de vida actual ha provocado una epidemia terrible, que consumirá gran parte del producto interno bruto de nuestro país y que si no se toman medidas inmediatas por parte de las familias, los diferentes niveles de gobierno y por cada uno de nosotros, habrá de provocar tantas muertes y diferentes enfermedades, que no habrá dinero suficiente para ayudar a todos los pacientes.
Hace un par de semanas, me consultó una paciente por dolor de cabeza constante, acompañado de luces en los ojos y zumbidos en los oídos, clásicos síntomas de hipertensión arterial.
Tenía 18 kg de más y al explorarla observé su cuello muy oscuro, así como los dedos de ambas manos y codos. Cuando se lo mencioné, me dijo que efectivamente su hija le había estado insistiendo: “mami, hay que tallarse bien el cuello”, entre risas.
Esto se debe a un estado de actividad de la piel en algunos sitios, sobre todo el cuello, pliegues cutáneos, codos, manos y a veces la mandíbula, que la pone oscura pues aumenta su pigmentación, además de sentirse rasposa: esta lesión se llama acantosis nigricans.
Por eso decidí el título de esta aportación a La corazonada y analizar lo que conocemos como Síndrome Metabólico, aunque también se le ha llamado Síndrome X, Síndrome de resistencia a la insulina, enfermedad de los cuellos sucios y otros más. En México hay unos 70 millones de obesos y de ellos un 40% tiene Síndrome Metabólico. La cosa es muy seria.
En los últimos 20 años los conceptos sobre varias enfermedades han cambiado. Ni siquiera existía el término Síndrome Metabólico, que significa “grupo de síntomas y signos físicos que se originan por varios problemas de las reacciones bioquímicas del cuerpo para obtener energía”.
Antes de que dejen de leer, les explico que esto parece complejo, pero en realidad es sencillo y apasionante, puesto que de entrada hay que entender que si cada uno de nosotros hace modificaciones en su peso corporal y su estilo de vida, evitará varias enfermedades en forma prematura y por supuesto, evitará un infarto del miocardio, que provoca 60% de mortalidad ¡en la primera hora del infarto!, por lo que los pacientes ni siquiera llegan a un hospital.
La palabra síndrome, se deriva del prefijo sín que quiere decir “con” y dromos que significa “carrera”, por lo que síndrome sería “conjunto de molestias que van juntos y que tienen varios orígenes”. En forma fatalista, mucho médicos le dicen al Síndrome Metabólico, “el cuarteto de la muerte” puesto que en una misma persona se juntan las siguientes enfermedades: dislipidemia (grasas altas en la sangre), diabetes mellitus, resistencia a la insulina, obesidad central e hipertensión arterial sistémica.
Como pueden observar son varias enfermedades muy serias, asociadas a obesidad sobre todo abdominal. Esto es porque la grasa que se acumula en las vísceras, es completamente diferente a la grasa del resto del cuerpo. Es una grasa llamada “parda” que se comporta como una verdadera glándula, ya que secreta varias hormonas (hormao es griego y quiere decir “yo te hago trabajar” refiriéndose a que esa sustancia va a otro órgano y lo estimula a trabajar).
Una de las hormonas que se destaca es la leptina (leptos quiere decir delgado) pues regula la sensación de saciedad (“de ya estar lleno”) en el cerebro, por lo que al estar alterada esta sensación, la gente sigue comiendo aunque ya tenga un grado extremo de obesidad, ya que en el Síndrome Metabólico la leptina está muy alta pero el paciente tiene resistencia en sus tejidos a esta hormona, al igual que tiene resistencia para la insulina.
No todos los obesos tienen Síndrome Metabólico, puesto que se considera que se deben conjuntar otros factores como el sedentarismo y el tabaquismo, para que los genes que producen este problema empiecen a manifestarse. Por eso no todos los obesos padecen diabetes ni están hipertensos, pero debe entenderse que esto puede ser temporal: más tarde tendrán estos problemas, por eso de manera muy simplista podríamos decir que el Síndrome Metabólico es una forma de prediabetes.
La dislipidemia del obeso con Síndrome Metabólico es muy severa y tiene consecuencias graves para el paciente. Se le suben los triglicéridos así como el colesterol unido a las lipoproteínas de baja densidad, que favorecen el desarrollo de ateroesclerosis, además de que se les bajan los niveles del colesterol unido a las lipoproteínas de alta densidad, el llamado colesterol protector, por lo tanto las personas con Síndrome Metabólico llegarán más rápido a un infarto del miocardio.
Por eso les digo que no habrá dinero que alcance para atender a tanto infartado y a las personas que van a padecer las consecuencias del infarto como es la mala función ventricular y la insuficiencia cardíaca, que ya en el momento actual es la principal causa de internamiento en el mundo en mayores de 40 años y no olviden que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en todo el mundo, con unos 18 millones de muertos cada año.
La epidemia de obesidad nos está cobrando factura, por lo que es grave que seamos el segundo lugar en el mundo con obesidad o sobrepeso.
Hay otras consecuencias del Síndrome Metabólico, pues se tiene mayor tendencia al cáncer, a la artritis, hay disfunción del endotelio (la capa que cubre internamente a todo el aparato circulatorio) por lo que sube la presión arterial y se provoca disfunción eréctil, por lo que no nada más de infarto y de consecuencias de la diabetes mellitus, habrán de morir quienes padecen de Síndrome Metabólico.
De manera muy impresionante, bajar de peso y hacer actividad física mejora espectacularmente a las personas que padecen el síndrome. Además deberán recibir medicamentos que mejoren la sensibilidad del cuerpo a la insulina que está produciendo, pues repito que el principal problema es que la obesidad provoca resistencia a la insulina y como el azúcar no entra a las células, cada vez producimos más insulina pero no la aprovechamos y se favorece un círculo vicioso de detectar más azúcar en la sangre y con ello producir más insulina, que no se aprovecha. Para esto la metformina y las glitazonas resultan muy útiles.
Además, cada enfermedad asociada al Síndrome Metabólico debe tratarse de manera enérgica; los medicamentos más adecuados para bajar la presión en estas personas son los vasodilatadores y las estatinas para regular las grasas. Debido a la disfunción del endotelio, todos deben recibir ácido salicílico, un mínimo de 75 mg una vez al día, pues de otro modo se favorece la formación de coágulos.
Caray, cuanta cosa grave le puede pasar a uno, nomás por traer el cuello sucio.