» La inflamación se asocia a los infartos

Esta nota fue creada el lunes, 12 agosto, 2013 a las 3:00 hrs
Sección: La corazonada

Se necesitan muchos años para que una persona desarrolle una placa de ateroesclerosis en un vaso sanguíneo, la cual es progresiva y llega a obstruir el paso de la sangre.

Se necesita que la arteria se tape al cien por ciento para que se presente el infarto y ahí es donde participa la trombosis, que consiste en que se produzca un trombo (un coágulo) que ocluye el vaso sanguíneo.

En todo este proceso participa la inflamación en los vasos sanguíneos, pues es el mecanismo que dispara la formación de las placas de ateroma y también es la responsable de que la placa se active y se produzca un trombo.

La inflamación aguda es la causa de que se presente la primera lesión por grasa en una arteria, llamada estría grasa, pero la respuesta inflamatoria crónica en esta placa es la responsable de que haya un mecanismo de reparación, cuyo resultado final es el desarrollo de una cicatriz en la propia placa.

Me explico: las lesiones que obstruyen las arterias se llaman placas de ateroesclerosis y este término indica que las placas tienen dos componentes fundamentales, tejido graso y tejido de cicatrización. De hecho ateros quiere decir “atole” pues la grasa se ve blanquecino-amarillenta y escleros quiere decir “fibroso, duro” en referencia a que las lesiones son como una cicatriz.

Hay que tener perfectamente claro, que si la naturaleza no hubiera desarrollado a la inflamación como mecanismo de defensa, no existiríamos como personas, pues nuestra especie hubiera desaparecido.

Sin embargo, la inflamación no nada más salva nuestra vida, pues cuando está descontrolada es causa de muerte.

En la inflamación participan múltiples células de nuestro cuerpo y decenas de sustancias en la sangre que se activan para defendernos, pero a veces nos terminan atacando.

Si un microbio entra al cuerpo de una persona, son los mecanismos de defensa contra la inflamación que provoca la infección, los que habrán de salvarle la vida, si bien hay que pagar un precio.

Es precisamente la inflamación, la que nos puede alertar ante la posibilidad de un infarto, por eso les recomiendo que se hagan un examen de laboratorio llamado determinación de la Proteína C Reactiva Ultrasensible, que identifica una sustancia en la sangre cuyo nivel se eleva  cuando una persona está en riesgo de presentar un infarto, en caso de que padezcan los factores de riesgo para infarto, a saber tabaquismo, hipertensión, diabetes y colesterol alto en la sangre.

En definitiva, no está totalmente definido porqué una persona empieza con inflamación parta que desarrolle la placa de ateroma y luego se le complique para que ocurra el infarto. Si bien sabemos que los llamados factores de riesgo están directamente involucrados, la genética de cada uno de nosotros y otros factores aún desconocidos provocan que los factores de riesgo desarrollen o no la enfermedad.

De varias maneras está bien comprobado que las placas de grasa en las arterias están inflamadas. Ustedes saben que cuando nos infectamos nos da fiebre y eso mismo se ha comprobado directamente en las lesiones de ateroesclerosis.

Mediante un catéter especial con un termómetro muy sensible, hemos medido la temperatura dentro de los vasos sanguíneos de pacientes con angina de pecho y observamos como a nivel de la placa ateromatosa responsable de la mala circulación de la sangre, hay un grado más de temperatura, por lo menos.

En otras entregas les he mencionado que varias enfermedades infecciosas se han relacionado con el infarto. A saber, las infecciones por H pylori (el de las úlceras digestivas), por citomegalovirus, por clamidia, por toxoplasma, por infecciones asociadas a caries en los dientes y otras más, han sido mencionadas como posibles causas de infarto.

Obviamente, todas estas infecciones provocan inflamación en el cuerpo, pero no se ha podido definir de qué manera una infección en algún sitio sea capaz de favorecer el desarrollo de lesiones en el corazón.

Otro aspecto muy interesante, es que ningún anti inflamatorio ayude para limitar las lesiones ateroesclerosas, ni siquiera los medicamentos muy potentes como la cortisona y todos sus derivados, que tanto tomados como inyectados, son potentes anti inflamatorios pero no tienen efectos benéficos en las personas con angina de pecho o con infarto.

De hecho, varios estudios científicos desarrollados desde los años ochenta, claramente definieron que los anti inflamatorios no sólo no eran benéficos, sino que podían ser responsables de algunas complicaciones que se presentan en el infarto del miocardio.  Por esto, en la fase aguda del infarto, está totalmente contraindicado  el empleo de la cortisona y de otros medicamentos contra la inflamación.

Como pueden ver, amables lectores, la inflamación es verdugo y es salvador. Es el origen de la enfermedad y es un mecanismo de defensa, pero nosotros no podemos elegir como habrá de actuar la inflamación en nuestro cuerpo.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com
Hasta la próxima.




           



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