
Hoy comparece ante un Tribunal en New York Ismael Zambaba, El Mayo, fundador del Cártel de Sinaloa, secuestrado y llevado a Estados Unidos por Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, en julio del 2024.
El Mayo se declarará culpable del delito de delincuencia organizada y otro cargo menor, lo que le permitirá no ser juzgado por homicidio y otros delitos graves.
Es decir, que el fundador del Cártel de Sinaloa llegó a un acuerdo con las autoridades estadounidenses para obtener una condena menos dura y quizá algunos otros beneficios.
Lo mismo hicieron hace unos meses los hijos del Chapo, Joaquín y Ovidio, para evitar ser sentenciados a prisión vitalicia, como su padre.
El asunto es que, desde que los hijos del Chapo pactaron, en México se espera que sus supuestas revelaciones a las autoridades de EUA, sobre financiamiento a partidos y personajes de la política, tengan algún efecto inmediato en nuestro país.
No ha sucedido quizá porque las revelaciones, si las hubo (o las habrá), requieren de pruebas fehacientes (video, audios, textos comprometedores) y no solo de dichos.
Lo mismo ocurre con Zambada.
Todo el país espera (algunos con cierta dosis de esperanza y otros con temor), las revelaciones que pueda hacer el líder del cártel sinaloense, que llegó a ser en su momento el más importante en el mundo, muy por encima incluso del mítico colombiano Pablo Escobar.
O las autoridades de Estados Unidos se están yendo con pies de plomo en el caso de que sí hubiera revelaciones de financiamiento a partidos y políticos del parte del narco, o están administrando la información como una forma de presión al gobierno de Claudia Sheinbaum.
La propia Presidenta se adelantó a estas eventuales declaraciones o revelaciones al exigir “pruebas’’, no solo dichos de los capos detenidos.
Hoy Zambada se unirá al coro de narcos renombrados cubiertos por las bondades del sistema penal de Estados Unidos, que los convirtió en testigos protegidos a cambio de información que permita la captura de la estructura criminal del cártel, incluidos sus beneficiarios, políticos o no.
En México, seguimos a la espera de participar del concierto.
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Una buena.
El empresario Moisés Chaves, director de Casa Marzam, uno de los principales distribuidores de medicamentos en el país, se sumó a la estrategia gubernamental de “Rutas Por la Salud’’, puesta en marcha la semana pasada por la presidenta Sheinbaum.
Casa Marzam puso a disposición de la estrategia su respaldo operativo y de logística, para eficientar el reparto de medicamentos cuyo desabasto es un problema que no se pudo resolver en el sexenio pasado.
Ojalá que algunos otros distribuidores con experiencia se sumaran a esa causa.
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¡Qué ganas de ponerse de tiro al blanco!
La presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, declaró la semana pasada que “cuando gobierna Morena no hay baches, no hay problemas de drenaje, no hay problemas de alumbrado público…’’.
Quién sabe de qué país hablaba la dirigente morenista, pero las redes sociales se encargaron de ofrecerle “otros datos’’ en los que se aprecia que gobiernos estatales y municipales de su partido, no solo no han resuelto esos problemas sino que los han agravado por acción u omisión, sobre todo lo segundo.
Ni cómo ayudarle.
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La gobernadora Mara Lezama y el secretario de Educación, Mario Delgado, pusieron la primera piedra del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) 301 en Cancún.
El plantel contará con aulas didácticas, laboratorios, talleres, mobiliario funcional y tecnología de vanguardia, en beneficio de 900 alumnos; la inversión será de 62.5 millones de pesos.
@adriantrejo