>Entre que son peras y son manzanas, el PAN ya le puso precio de limón a la negociación de las reformas secundarias en materia energética, al gobierno y al PRI.
La decisión de pararse de la mesa de negociación, anunciada por el coordinador de los senadores del blanquiazul, Jorge Luis Preciado, fue impulsada por la corriente calderonista, que es mayoritaria en la fracción -24 de 38 legisladores-.
Preciado no se pudo imponer a los senadores afines al ex presidente Calderón, que acusan al PRI y al gobierno de utilizar el caso de Oceanografía para atacar al michoacano, en buena medida porque sus declaraciones pidiendo que se investigue y aceptando incluso la creación de una comisión especial en Senado, lo pusieron contra la pared.
Pero en el PAN están conscientes también que se juegan una carta grande.
El gobierno y el PRI buscan que los panistas se reintegren a la mesa, pero si no lo hacen, también tienen proyecciones que le permitirían aprobar las leyes secundarias sin el apoyo del total de los panistas.
El PRI tiene los votos de sus 54 legisladores, más 7 del Verde y uno del Panal, 62 en total.
Para ganar la votación del dictamen necesitan cuando menos 65 votos, es decir, tres más que bien puede salir de la propia fracción albiceleste, considerando que el avance de las negociaciones era hasta ayer del 90 por ciento; el 10% restante se podría negociar en la tribuna, con altas probabilidades de que el PRI obtenga los votos suficientes para ganar.
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>Ayer fue el turno de la planilla de Ernesto Cordero para solicitar su registro en busca de la presidencia del PAN.
Acompañan al senador con licencia Juan Manuel Oliva, José Luis Luege, Ana Teresa Aranda, entre otros.
Luis H. Álvarez, líder moral del partido, se la juega con Cordero que presumió cargar con cerca de 50,000 firmas para el registro, poco menos de la mitad de las que presumió su rival, Gustavo Madero el día anterior.
Haga sus apuestas.
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>Ayer se presentó en primera lectura en San Lázaro la minuta para la creación del seguro de desempleo y la pensión universal; la oposición en contra, sobre todo por el mecanismo de financiamiento de ambos.
A ver.