La reforma laboral que propone el gobierno para fijar la jornada semanal en 40 horas se aplicará en abonos chiquitos a partir del 2027 y hasta el 2030.
No es la reforma originalmente pedida por la oposición y los trabajadores (no los sindicatos colonizados por la 4T, como estuvieron en su momento con el PRI), que planteaba dos días consecutivos de descanso.
No será así hasta el 2030 y eso si no hay cambio de parecer en los próximos años.
La reducción de la jornada laboral tiene que ver no con una moda sino con la necesidad de conceder al trabajador mexicano mayor tiempo de descanso y cercanía familiar, promover el consumo y mejorar la salud social.
Pero lo que plantea el gobierno en su iniciativa es comenzar a descontar medias horas en las jornadas diarias a partir del 2027, lo que claramente no es el espíritu de la propuesta.
A partir de ese año (año electoral, por cierto), la jornada se reducirá a 46 horas.
¿Cómo se hará?
Bueno, si un trabajador tiene un horario de 8 de la mañana a las 5 de la tarde, podrá salir a las 4 y media toda la semana o, en su caso, tomar un descanso dentro de la propia jornada, de media hora.
Para el 2028 la jornada laboral será de 44 horas bajo el mismo mecanismo; en el 2029 será de 42 horas y finalmente, en el 2030, se llegará a las famosas 40 horas.
México va tarde en ese sentido y con el mecanismo propuesto lo retardará más.
La justificación es que se trata de no generar un golpe inmediato a las empresas, lo cual está bien, pero entonces debería informarse con claridad el proceso para no generar falsas expectativas entre los trabajadores.
La misma iniciativa permite incrementar de 9 a 12 horas la jornada extra, si el trabajador quiere y la empresa lo necesita, algo que se maneja como una especie de contraprestación para los trabajadores a cambio de aceptar los abonos chiquitos a su tiempo de descanso.
Peor es nada, como se dice en México.
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La presidenta Claudia Sheinbaum debe estar mal informada en el tema de los acarreados a sus concentraciones.
Es vox populi que todos los funcionarios de nivel y los operadores de Morena en las alcaldías y municipios que gobiernan, más los líderes sindicales coptados, tienen la obligación de llevar a cierto número de acarre… perdón, de ciudadanos agradecidos a esas concentraciones.
Ni modo que reconociera que, efectivamente, hayan “incentivado’’ a miles de mexicanos deseosos de conocer el Zócalo capitalino.
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César Duarte, exgobernador de Chihuahua, fue detenido nuevamente por la Fiscalía General de la República (FGR) ahora por una acusación de operaciones con recursos de procedencia ilícita, es decir, por lavado.
La FGR lo señala de haber creado un esquema financiero mediante el cual dispuso indebidamente de millones de pesos el erario, aunque la cantidad no ha sido cuantificada.
Tan campante que andaba Duarte preparándose para las posadas.
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Aunque recientemente le han querido “calentar la plaza’’, el gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez, destacó como su mayor logro en su primer año de gobierno la pacificación del estado, que no es un asunto nada menor.
Ramírez rindió el fin de semana pasado su primer informe de labores, en el que sostuvo que la pacificación del estado se ha logrado “mediante inteligencia, valentía y autoridad moral, sin complicidades’’.
Recalcó que jamás traicionará al pueblo, porque lo que se construye con esfuerzo se protege con convicción.
“Amamos tanto a Chiapas que hasta el miedo se nos olvidó”.
@adriantrejo
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