» La debilidad de Cué

Esta nota fue creada el miércoles, 7 marzo, 2012 a las 8:14 hrs

>En los sectores políticos de Oaxaca y entre las dirigencias nacionales de los partidos que llevaron al triunfo a Gabino Cué Monteagudo, se comienza a percibir el desencanto por una gestión que no termina de romper.

Por más intentos que ha hecho, el estado no ha dado el salto para adelante que se esperaba con la alternancia en el gobierno.

En descargo del gobernador, su colaboradores afirman que es muy poco tiempo –un año y meses-, para evaluar una gestión que se encontró no solo con problemas financieros graves sino con una descomposición política que le sigue cobrando dividendos al aliancista.

Cué no es un improvisado en el ejercicio del poder.

Su cercanía laboral con Diódoro Carrasco le permitió transitar en la clase política de Oaxaca al grado de ganar la capital del estado en contra de los intereses y a pesar de las presiones del gobernador priísta.

Ahora, mermada su salud por un padecimiento muy serio, del cual solo tienen conocimiento sus colaboradores cercanos, Cué se enfrenta a los viejos cacicazgos locales, a los grupos que cobraban mensualmente en el gobierno de José Murat, que fueron rechazados por Ulises Ruiz, y que pretenden que el gobernador en turno les reponga canonjías con intereses.

Cué dista mucho de ser un político tradicional, pero se enfrenta a grupos e intereses que están comenzando a propalar la idea de que Oaxaca va para la ingobernabilidad y que podría anticiparse una sucesión en la gubernatura.

Lo anterior implica que el gobernador no solo debe lidiar con los grupos con demandas justas, con los vivales de siempre que tienen secuestrada la capital del estado y ahora hasta con quienes lo ven como un dirigente débil.

Algo sin duda está pasando el Oaxaca, pues a pesar del compromiso de respaldar el gobierno de Cué, los apoyos federales nomás no se ven, lo que de suyo agrava una crisis que invariablemente  comienza siendo política y termina afectando a todo el estado.

Y eso si es una lástima.

>Ahora sí ya perdimos al diputado Manuel Clouthier.

Renunció a su militancia panista, rechazó la posibilidad de llegar al Senado de la República postulado por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) para anunciar que será candidato presidencial “independiente”.

El hijo del mítico “Maquío’’ sabe que la Constitución y la legislación electoral conceden el monopolio de las postulaciones a los partidos políticos y que no hay manera, simplemente no la hay, de que el IFE lo registre como candidato presidencial.

Con ello Clouthier le apuesta al escándalo, pues seguramente cuando pretenda acudir al IFE a registrarse se armará un zafarrancho.

Si su padre viera las formas de hacer política de su hijo, seguramente no las aprobaría.

Porque el apellido no es la franquicia que pretende explotar el “Maquío’’ chico, a pesar de que en cada ocasión invoque los postulados que le dieron credibilidad y prestigio a su señor padre.





           



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