>Según cálculos de medios de comunicación, en el estado de México han ocurrido al menos 150 asesinatos de enero a la fecha.
Y el gobernador Eruvial Ávila sigue haciendo como si no pasara nada.
La zona conurbada al DF, especialmente los municipios ubicados al oriente de la ciudad –Netzahualcóyotl, Ecatepec, Los Reyes la Paz, Ixtapaluca, Chalco y Valle de Chalco-, y los ubicados al norte de la capital –Tlalnepantla, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli, entre los principales-, esta tomados por la delincuencia organizada que lo mismo secuestra que extorsiona.
Ávila no ha tenido la habilidad –ni la disposición- de establecer un operativo de seguridad similar a los estados que tienen el mismo problema.
Su atención está puesta en repetir las declaraciones y algunas acciones que toma el Ejecutivo Federal, como si le urgiera el beneplácito de Peña.
En su descargo, Ávila recurre a las estadísticas que de suyo esconden una cifra negra.
Así comenzó a gestarse la caída de Michoacán; así nacieron las autodefensas michoacanas.
Así se pierde un estado.
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>Desde su creación y posterior reconocimiento oficial, los grupos paramilitares llamados “autodefensas” mostraron su división.
Algunos de estos grupos fueron acusados por servidores públicos de primer nivel de ser financiados por el cártel de “Jalisco Nueva Generación” y otros por los propios templarios.
Ayer se dio en La Ruana, el primer rompimiento grave entre estas “autodefensas”, con amago de un enfrentamiento armado entre ambos grupos.
Y es, parece ser, solo el principio para que se conviertan en parte del problema en lugar de la solución.
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>Desde el domingo por la noche que se confirmó el abatimiento del “Chayo”, Nazario Moreno, los mexicanos a través de las redes sociales fueron implacables con el ex presidente Felipe Calderón, el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y con el resto de funcionarios que en diciembre de 2010, dieron por muerto al delincuente.
Ayer las justificaciones de todos los involucrados: nos faltó información.
Les faltó sentido común y les sobró ambición.