>A menos que estalle una crisis económica en Estados Unidos que contamine a la economía mexicana, el hombre del próximo año será sin duda el súper secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Por el escritorio del hidalguense transitarán todos los conflictos políticos y sociales, tal y como ocurría con la Secretaría de Gobernación hasta el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Para empezar, Osorio y no Emilio Chuayffet, será el encargado de negociar –si hay algo que negociar-, el papel del SNTE en la reforma educativa, es decir, será el encargado de atemperar los enojos de Elba Esther Gordillo y compañía.
Osorio, en el 2003, durante el ya muy comentado incidente entre Gordillo y Chuayffet, que terminó con el breve periodo de la profesora como coordinadora de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados, jugó del lado de la profesora.
Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde aquel hecho; Osorio fue gobernador de su estado en buena medida por el apoyo de Gordillo, a quien nunca negó, como sí lo hicieron otros políticos que deben a la profesora su encumbramiento.
El caso es que ahora el gobierno de Enrique Peña requiere de los buenos oficios de Osorio, no para convencer a Gordillo que apoye la reforma –ya dijo que no-, sino para que los costos políticos de llevar a cabo la ésta reforma sean los menores para el país.
Para negociar con Chuayffet está el secretario general del SNTE; pero para negociar-negociar con el Ejecutivo, Gordillo ya dijo en corto que sólo con Peña o en su caso con Osorio.
Por eso se ve que la agenda del hidalguense apenas le dará tiempo para respirar pues tiene en puerta la amenaza del SNTE, la de los zapatistas que ya hicieron su pase de lista y 14 elecciones estatales el próximo año.
Ya se verá si el súper secretario tiene súper poderes para lidiar con ese Miura.
>Por este conducto, deseo agradecer al periodista Pablo Hirart y su equipo de colaboradores, la oportunidad que me dieron de colaborar en La Razón de México.
Durante los poco más de tres años que quien esto escribe ocupó este espacio, recibí el respaldo de la dirección general y de la dirección editorial, a cargo de Rubén Cortés.
También quiero dejar constancia de mi gratitud para con don Ramiro Garza, presidente del Consejo de Administración del diario, por su confianza y apoyo.
A todos los lectores, amigos y no, les agradezco sinceramente su tiempo.
Ensamble dejará de publicarse a partir de hoy en La Razón. Nos reencontraremos próximamente.
Por lo pronto, felices fiestas y que el año que viene sea bueno para todos. Nada más, pero nada menos.
Hasta pronto.