>¿Por qué, si en Morelos la violencia alcanza niveles iguales o peores de otros estados más publicitados, no se cuestiona la actuación del gobernador Marco Antonio Adame?
De cara a la sucesión en el estado, diversas empresas han realizado encuestas generales y distrito por distrito en los cinco federales que tiene el estado para conocer no solo las posibilidades de los candidatos sino la calificación que se concede en cada rubro al gobernador morelense.
En todos sales reprobado.
Adame cuenta con una especie de teflón o protección política que le ha salvado de la crítica a la cual otros gobernadores, incluso de su mismo partido, han sido duramente sometidos.
El panista, miembro ilustre del Yunque, esa asociación que no existe pero a la que todos los panistas temen o veneran, no podrá mantener en manos del blanquiazul la gubernatura.
La disputa se dará entre Amado Orihuela y Graco Ramírez Garrido Abreu; este último con un perfil de campaña bajísimo, lo que lo hace peligrar ante el priísta Orihuela.
Adame suma su sexenio al del ex gobernador Sergio Estrada Cajigal, para sumar el peor periodo para el estado. Y mire que el del exgobernador Jorge Carillo Olea, que no concluyó por cierto, ya estaba feo.
Seguramente a Adame le espera el purgatorio político.
>Cayó el ex gobernador de Baja California Sur, Narciso Agundez Montaño, acusado de peculado.
Priísta que pasó al PRD para ser gobernador, Agundez tiene denuncias por desvió de recursos públicos; peculado pues.
A ver en qué termina la historia.
>En una mesa de un café en un hotel de Polanco, conversaban al mediodía de ayer René Arce, Manuel Espino y Rosario Robles.
Una mesa impensable hasta hace unos meses.
El factor común que los reunió fue la campaña de Enrique Peña Nieto y, pese a que los detractores de las tres flamantes adquisiciones del PRI y del propio candidato presidencial menosprecien el valor de estas alianzas, no se hicieron ni a ciegas ni de gratis.
Por lo pronto, Peña se comprometió con los integrantes del Movimiento Volver a Empezar, que encabeza Espino, si llega a la Presidencia, “a la instauración de un nuevo sistema político que garantice un Estado democrático, republicano, laico; progresista, justo, solidario y humanista.
“Que respete la pluralidad social y facilite el entendimiento entre quienes piensan diferente para generar los acuerdos más relevantes de interés nacional’’.
Lo que no se sabe es a qué se comprometió Espino, aunque no es difícil de adivinar.
>La oposición al PRI prepara un nuevo archivo de viajes en naves oficiales, pero esta vez no se trata de un gobernador sino del hermano de un gobernador quien, dicen, ocupó el helicóptero del gobierno del estado para hacer algunas decenas de viajes a la capital del país.
Mmmmmm, ¿quién podrá ser?