
Colonizados por el gobierno y su partido, la preocupación de la oposición y ciudadanía no es qué pasará con el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, porque ya lo vimos, sino qué pasará con los mecanismos de representación que permiten a las minorías acceder a los cargos de elección popular.
Hace no muchos meses, la población salió en defensa de un INE al que le mutilaron el presupuesto para ahogarlo:
“Con el INE NO’’, fue la consigna que se gritó en las calles y en una marcha multitudinaria que en su momento sirvió de dique para contener las intenciones de López Obrador de ahorcar presupuestalmente al organismo.
Pero llegaron los cambios de la presidencia en el INE y la sustitución de consejeros electorales cuyos votos habían servido para, por ejemplo, impedir las candidaturas de célebres morenistas como Félix Salgado Macedonio por mentir en sus reportes de campaña.
Sin duda que las sustituciones en el INE, comenzando por la de Lorenzo Córdova, significaron un parteaguas en la historia del instituto.
El organismo ha protagonizado debates que no le generan simpatías entre quienes salieron a defenderlo hace unos meses.
Ayer, por ejemplo, luego de ¡cinco años! de investigaciones, el INE determinó que no encontró pruebas de “financiamiento ilícito’’ por los recursos que recibió Pío López Obrador en sobres amarillos.
Esto a pesar de que el propio presidente López Obrador, cuando estalló el escándalo, dijo que habían sido “aportaciones ciudadanas al movimiento’’.
Y de paso, 6 de 11 consejeros electorales decidieron no aplicar (o perdonar) una multa de 55.3 millones de pesos a Morena, por las razones que usted quiera.
Del Tribunal poco queda por decir.
Desde la llegada de Mónica Soto (mejor dicho, desde el golpe de estado) a la presidencia del Tribunal, en sustitución de Reyes Rodríguez, el Tribunal Electoral ha sido un apéndice del gobierno.
Soto conformó con los Felipes (De la Mata y Fuentes), una especie de célula que no ha dejado pasar ningún recurso en contra o que incomode al partido en el gobierno.
El miércoles pasado, Soto y compañía volvieron a utilizar su mayoría para validar la elección de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación, a pesar de la copiosa evidencia de la utilización de acordeones que, a juicio del magistrado Rodríguez, inclinaron la balanza a favor de los ganadores.
El Tribunal se compone de 7 miembros, pero desde hace dos años trabaja solo con cinco debido a la negativa del Senado (de mayoría morenista) de discutir los nombres que envió para su postulación la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El argumento para tal omisión es claro: siempre es más fácil controlar a cinco que a siete.
Así, un Tribunal cojo, incompleto, cargado hacia el partido en el poder, no puede subsistir ni ser defendible.
Lo que corresponde a la ciudadanía es evitar que se atente con la representación de las minorías en el Congreso, y en las administraciones estatales y municipales.
Porque a los árbitros que alguna vez se defendió en las calles, esos ya los perdimos.
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La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo destacó una Inversión Extranjera Directa (IED) histórica de 34 mil 265 millones de dólares (mdd) durante el segundo trimestre de 2025 y afirmó que ni los aranceles pudieron con la economía mexicana.
“2025, histórica la inversión extranjera directa en México, ni los aranceles pudieron con la economía mexicana”, expresó desde la conferencia matutina.
Guarde esta declaración.
@adriantrejo