» Los beneficios de la valoración preoperatoria

Esta nota fue creada el lunes, 2 febrero, 2015 a las 6:45 hrs
Sección: La corazonada

Las personas que necesitan una cirugía para resolver un problema de salud, necesitan una valoración preoperatoria. Los médicos distinguimos entre cirugía electiva y urgente, por lo que al considerar que una urgencia implica que no puede evitarse una cirugía, lo referido en esta columna se relaciona sólo con la variedad electiva, pues el paciente podrá ser intervenido cuando se encuentre en las mejores condiciones clínicas posibles y en ocasiones se podrá cancelar la operación si el riesgo es mayor que el beneficio.

Las principales complicaciones de una cirugía no cardiológica son cardiovasculares y en el período inmediato sucede lo mismo, principalmente se presenta la angina de pecho y el infarto del miocardio. Hay que destacar que fallece hasta el 70% de los pacientes que sufren un infarto durante el transoperatorio, a pesar de que se encuentren hospitalizados en un centro de alta especialidad.

Así pues, la valoración preoperatoria tiene como fines primordiales el identificar posibles complicaciones y realizar medidas específicas para evitarlas.

La frecuencia de complicaciones en una cirugía general, no cardíaca, alcanza hasta un 6% con una mortalidad de hasta el 3%.

Existen varias enfermedades que pueden afectar el resultado de una cirugía, que por lo demás pueda haber sido perfectamente realizada. Entre las más importantes enfermedades que modifican el pronóstico de pacientes que van a ser operados de una cirugía no cardíaca, se encuentran: la diabetes mellitus, la cardiopatía isquémica, la insuficiencia cardíaca, las arritmias cardíacas, las lesiones valvulares cardíacas, la enfermedad pulmonar, el desequilibrio hidroelectrolítico sobre todo en pacientes con insuficiencia renal y las lesiones vasculares periféricas como el aneurisma aórtico.

La edad influye de manera directa en el resultado final de todo tipo de cirugías, de tal manera que los pacientes menores de 45 años, tienen una frecuencia del 3% de complicaciones con una mortalidad del 0.6%, pero los mayores de esta edad pueden alcanzar 6% de frecuencia de presentación con una mortalidad del 3%, dependiendo de donde se haya analizado la estadística. La referencia que les hago corresponde al análisis de un estudio hecho en Centro Médico Nacional.

Otro aspecto importante que el médico debe determinar antes de una cirugía, es la presencia en el electrocardiograma, de trastornos de la conducción del impulso eléctrico del corazón, a los que comúnmente llamamos “bloqueos”, pues hay muchos pacientes que requieren la aplicación de un marcapaso temporal para prevenir convulsiones durante el acto quirúrgico y que son debidas a un corazón que late muy lento o presenta una pausa sin latir de tres segundos o mayor a ese tiempo. Imaginen un paciente sometido a una cirugía de columna vertebral y que súbitamente convulsiona, puede sufrir lesiones permanentes que le impidan volver a caminar, debido a un bloqueo cardíaco.

Otro aspecto crucial es la prescripción razonada de diversos medicamentos pues algunos como los antiplaquetarios (como la aspirina) y los anticoagulantes deben ser suspendidos hasta por una semana antes de la cirugía para evitar una hemorragia mayor. Con los nitratos hay una situación especial, pues son los medicamentos más seguros para evitar un infarto y la angina de pecho en la cirugía, pero el equipo quirúrgico debe ser informado de su empleo para evitar que la tensión arterial baje de manera considerable en la cirugía. Nunca se deben suspender los betabloqueadores como el metoprolol, excepto que su médico se lo indique y aún así debe ser suspendido en forma paulatina.

Con los antihipertensivos ocurre lo mismo, pues es mejor que el paciente entre al quirófano con su tratamiento completo. Así que el momento de suspender los medicamentos y cuando reiniciarlos, son momentos cruciales para evitar complicaciones y todo debe ser indicado por su médico de cabecera, por lo que le sugiero que siempre consulte sobre el tema.

Los diferentes tipos de anestesia juegan un papel crucial y la variedad de medicamentos, además de la vía por la que se van a usar, deben ser programados antes de la cirugía.

Las múltiples clasificaciones del riesgo operatorio, como son la de Goldman, Desky y de la ASA superan los objetivos de esta columna pues es información médica compleja, por lo que no los analizaré el día de hoy.

Los factores del paciente son cruciales, pero hay cirugías que por su naturaleza implican un riesgo mayor de complicaciones como las intratorácicas y las de cráneo. Hay una complicación cardiovascular muy frecuente, la tromboembolia pulmonar, específicamente relacionada con ciertas cirugías que favorecen la formación de coágulos en las piernas como son la cirugía de próstata y las ortopédicas mayores como el recambio de rodilla o de cadera.

Por lo tanto, el médico que va a operarlo, debe solicitar una valoración cardiovascular preoperatoria, pero es importante que el paciente esté bien consciente de que esto es imperativo, de otro modo podría tener una complicación mortal.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com

Hasta la próxima.





           



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