Berlín.- El Bundestag (cámara baja) y el Bundesrat (cámara alta) de Alemania conmemoraron hoy el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial destacando la disposición de países aliados y vecinos de perdonar y acoger a Alemania al término de la conflagración.
El presidente del Bundestag, el demócratacristiano Norbert Lammert, declaró este viernes ante el pleno en Berlín que los alemanes no se liberaron por si mismos de Adolfo Hitler y del nazismo hace 70 años, sino que fueron los países aliados quienes llevaron a cabo esa importante acción.
Agradeció a los países vecinos de Alemania que hubieran aceptado de nuevo a Alemania después de la guerra, a pesar de todo el dolor que el nazismo provocó en Europa.
“El 8 de mayo no fue el día en que nos liberamos”, dijo el líder parlamentario, en una alusión directa a que el pueblo alemán no fue el que acabó con el régimen nazi, sino que vitoreó e idolatró al Führer.
Expresó que la caída de los alemanes no pudo haber sido más profunda, ni en lo político, ni en lo económico, ni en lo moral. Por ello es aún más admirable “que nuestro país, a pesar de la culpa, fue recogido” por los países europeos y aliados.
“Esa disposición de nuestros vecinos a la reconciliación es histórica y sin precedentes, tanto como la catástrofe que partió de nuestro país”.
Los pensamientos y el respeto son hoy para todos aquellos quienes “bajo pérdidas inimaginables pusieron fin al dominio del terror del nacionalsocialismo”.
Apuntó que eso es tan válido para los aliados occidentales como para el Ejército Rojo de la ex Unión Soviética.
Lammert agradeció, en ese contexto, al presidente de Alemania, Joachim Gauck, a la canciller federal, Ángela Merkel, y al ministro de Asuntos Exteriores, Frank Walter Steinmeier, por sus “demostrativas visitas, gestos y discursos” al respecto en estos días.
El presidente del parlamento alemán recordó el discurso que pronunció hace 30 años el entonces presidente de Alemania, Richard von Weiszaecker, cuando llamó al 8 de Mayo “el Día de la Liberación”, pero “no el día de la autoliberación”.
Subrayó que el discurso del entonces presidente von Weiszaecker esa vez no fue “de ningún modo una mera expresión general, sino que expresó un cambio de percepción, que ahora es compartida por la gran mayoría de los alemanes”.
El orador invitado para hablar sobre la fecha de este viernes fue el prominente historiador alemán Heinrich-August Winkler, quien puso de relieve que Alemania tiene que confrontar los aspectos oscuros de su pasado.
“El análisis de los alemanes sobre su propia historia, no se ha terminado ni se terminará”, destacó.
“En una historia así, no se puede poner un punto final”. Recordó que mucho antes de la toma del poder por parte de los nacionalisocialistas en Alemania, muchos alemanes distaban de aceptar el sistema de la democracia occidental”.
“En vez de eso, dijo, había una glorificación de un estado fuerte apoyado en lo militar”.
Puntualizó que esa posición no había conducido a Alemania al encumbramiento de los nazis, pero que la posibilitó.
Fue después de la victoria de los aliados y de la caída del régimen nacionalsocialista, cuando se produjo un profundo parteaguas que condujo a la integración de Alemania en Occidente.
Destacó que “los estallidos de xenofobia y antisemitismo muestran que ese nuevo direccionamiento de Alemania hacia Occidente está amenazado, y que el actuar con aplomo de los nostálgicos del pasado y de los nuevos seguidores de ideología nazi demuestran, que ese viejo mito es de una actualidad angustiosa”.
Agregó que la lección procedente de la historia alemana y la “monstruosidad única sin paralelo del Holocausto” debe ser el “inviolable respeto a la dignidad de cada persona”.
El connotado historiador manifestó que hay peligros actuales para el orden de paz en Europa, al que el Continente se apegó después del término de la Guerra Fría y hacia el que se dirigieron tantas esperanzas”.
Ese orden, apuntó, fue cuestionado radicalmente con la anexión de Crimea, con la que se violó el derecho internacional.
En los esfuerzos de mantener el diálogo con Rusia, no se debe crear la impresión entre los ciudadanos de Europa oriental, que Alemania y Rusia algo ajeno a ellos están planeando.
Subrayó que los pueblos del Oriente de Europa fueron durante la Segunda Guerra Mundial víctimas una doble agresión: por parte de la Alemania nazi y por parte de la Unión Soviética.