» Argentina se pone al frente de la batalla contra feminicidios

Buenos Aires.- Argentina se puso al frente de la batalla contra los feminicidios con la marcha “Ni una menos”, al abrir un intenso debate sobre la vigencia de la cultura machista, y obligó a las autoridades a tomar medidas contra la violencia de género.

La convocatoria, nacida a principios de mayo en las redes sociales, logró que más de 200 mil personas llenaran el centro de Buenos Aires, y que decenas de miles más tomaran las calles de las ciudades del resto del país.

El impacto de “Ni una menos” trascendió fronteras y también hubo movilizaciones en Uruguay, Chile y México, lo que demostró que el reclamo por el fin de la violencia física, psicológica, sexual, simbólica y económica en contra de las mujeres es generalizado.

Argentina fue el epicentro de una demanda en la que participaron hombres y mujeres, niños y niñas, y que fue organizada desde Twitter por un grupo de periodistas, escritoras y activistas que el 11 de mayo multiplicaron la indignación por el asesinato de una adolescente embarazada de 14 años.

En esos tuits nació “Ni una menos”, una campaña ciudadana que se impuso en la agenda de los medios, ya que no hubo noticiero de radio y televisión ni periódico que no abordara el tema durante estas semanas.

La violencia de género, sus causas y sus consecuencias, se discutió en todo tipo de programas, incluidos los de “chismes del espectáculo”, pero también en mesas familiares, escuelas, sindicatos, juzgados, reuniones de amigos y amigas y en las calles.

Gracias a ese debate se visibilizó el feminicidio, una palabra que ya se coló en la cotidianidad de los argentinos y que define el asesinato de mujeres por cuestiones de género, pero que es la última y más fatal consecuencia que enfrenta una sociedad en la que está naturalizado el maltrato de género.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que 38 por ciento de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por sus parejas sentimentales, hombres que no soportaron un rechazo o un abandono y terminaron matándolas.

En el caso de Argentina, país que lidera los feminicidios en Sudamérica, en los últimos siete años murieron mil 808 mujeres en manos de novios o exparejas que las violaron, degollaron, dispararon, asfixiaron, quemaron, torturaron o tiraron literalmente a la basura.

La desprotección del Estado a las mujeres en riesgo de ser víctimas de un feminicidio fue una de las principales denuncias de “Ni una menos”, pero la masiva concurrencia y el consenso que demostró, tuvo reacciones inmediatas.

Entre los incipientes cambios culturales que se evidenciaron, destacó el alud de denuncias y asesoramiento por violencia de género que hubo en las líneas de atención gratuita a nivel nacional, ya que pasaron de mil 500 a 13 mil 700 después de la marcha.

Esto implica que las víctimas se sintieron acompañadas y comenzaron a perder el miedo, pero además el Poder Judicial recogió el guante y al día siguiente de la histórica protesta convocó a la elaboración de un Registro de Feminicidios que permitirá rediseñar políticas públicas.

La víspera, el Poder Ejecutivo se sumó a las acciones y anunció la creación de la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de feminicidios y de homicidios agravados por el género que será operado por la Secretaría de Derechos Humanos a nivel nacional.