» Celebran simposio en Alemania para prevención de abusos en la Iglesia

Berlín.- Cinco años después del escándalo de abusos sexuales en la Iglesia católica de Alemania, se celebró hoy un simposio nacional en la ciudad de Hannover dedicado a la prevención de este tipo de delitos en el seno de instituciones religiosas.

Klaus Mertes, el principal representante de la diócesis de Hildesheim fue el encargado de organizar este foro de expertos.

Mertes abandonó su cargo como rector del Canisius College de Berlín tras descubrir décadas de abusos no solo en la escuela jesuita que dirigía, sino también en un sinnúmero de instituciones religiosas católicas en toda Alemania.

En el foro sobre prevención de abusos sexuales en la Iglesia no solo participan representantes del ámbito religioso, sino representantes de otras organizaciones que quieren informarse sobre los esfuerzos que está llevando a cabo la curia.

Después del año 2010, se hicieron públicos numerosos casos de abusos registrados en las instituciones católicas, lo que provocó que terminasen las décadas de encubrimiento.

La tolerancia cero en abusos sexuales se convirtió a partir de ese momento en el lema de la Iglesia católica alemana y se empezó a actuar en consecuencia.

Cada sospecha de abuso sexual activa un protocolo de actuación en el poder judicial.

Con el Obispo de Tréveris, Stephan Ackermann, se nombró un Comisionado de los casos de abuso sexual y en 2014 comenzó un proyecto de investigación para abordar el tema. Las investigaciones marcaron pautas para los empleados y miembros de la Iglesia y se abordó el concepto de prevención.

También los obispados del estado de Baja Sajonia, en el norte de Alemania, se unen a la lucha contra el abuso. En la ciudad de Osnabrück, además de un comisionado de prevención se puso a disposición de las víctimas una ginecóloga como persona de contacto.

Además, todos los sacerdotes y todo el personal que tenga relación con los jóvenes fueron capacitados.

Esto sucedió también en la diócesis de Hildescheim, donde se estableció una persona de contacto para las víctimas de abuso.

Para los empleados de la Iglesia se facilitó una guía con las normas y directrices claras, así como un compromiso de rechazo de cualquier tipo de violencia psicológica, física o sexual.