» Crece polémica por muerte de fiscal que acusó a presidenta argentina

Esta nota fue creada el viernes, 6 marzo, 2015 a las 12:58 hrs
Sección: El mundo

Buenos Aires.- La muerte del fiscal que acusó a la presidenta argentina Cristina Fernández de pactar la impunidad de terroristas se convirtió en una novela policiaca que diario suma una polémica porque sigue sin aclararse si fue un asesinato o un suicidio.

La historia, que mantiene conmovida a parte de la sociedad argentina, agregó un capítulo clave con las declaraciones de la jueza Sandra Arroyo Salgado, la ex esposa del fiscal Alberto Nisman, que la víspera aseguró que lo mataron, con base en las pruebas de sus peritos.

Nisman investigó durante 10 años el ataque de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), y el pasado 14 de enero provocó una crisis política al denunciar que la presidenta Fernández había negociado con Irán la protección de los presuntos terroristas implicados en el atentado.

El escándalo se convirtió en conmoción cuatro días más tarde, cuando el cuerpo de Nisman fue encontrado tirado en el baño de su departamento, con un balazo en la cabeza.

Desde entonces ya pasaron 47 días y la fiscal Viviana Fein, quien está a cargo de la investigación, no ha podido determinar todavía si Nisman se suicidó, como intenta convencer el gobierno, o lo mataron, que es lo que la familia creyó desde un primer momento.

El problema es que algunas de las conclusiones de los peritos oficiales que ayudan a Fein se contradicen con los resultados presentados por los peritos de la querella que encabeza Arroyo Salgado, la jueza que no dudó en calificar el hecho como “un magnicidio”.

Según el informe presentado por la ex esposa de Nisman, éste falleció el sábado 17 de enero y no de manera inmediata, ya que agonizó, además de que el cuerpo fue cambiado de posición una vez que estaba muerto.

Por el contrario, los peritos oficiales han asegurado que la muerte se produjo el 17 de enero, que fue inmediata porque registró “espasmo cadavérico”, y no puede determinar si el cuerpo fue o no movido antes de ser descubierto por la Policía.

Más allá de que las pruebas de ambos peritajes deben ser confrontadas, parte de la sociedad se enfrasca a diario en especulaciones sobre una muerte que se ha convertido en un nuevo pretexto para replicar la polarización política que ha marcado al país durante los últimos años.

La prensa opositora y los ciudadanos que no apoyan al kirchnerismo, avalan de antemano la teoría del asesinato porque ello siembra dudas sobre el accionar de un gobierno que había sido acusado por la víctima.

En cambio, la prensa oficialista y los simpatizantes kirchneristas refuerzan la teoría del suicidio de un fiscal que, aseguran, no tenía las pruebas suficientes para sustentan su denuncia en contra de la presidenta Fernández.

Las especulaciones se multiplican e incluyen a columnistas que culpan del “asesinato” de Nisman a un “comando venezolano-iraní entrenado en Cuba”, o que descartan el suicidio porque “el cuerpo fue hallado en calzoncillos”, pero el fiscal “tenía un sentido demasiado obsesivo de la estética” y jamás se habría matado en esas condiciones.





           



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