Roma.- Luigi tiene 45 años, es un empleado público, tiene dos hijos y una ex esposa que mantener, desde que se divorció acude al menos tres veces a la semana a uno de los comedores en que la organización humanitaria Caritas alimenta a los más necesitados.
Luigi forma parte de una nueva categoría social en Italia surgida con la crisis económica, la de los “nuevos pobres”.
Esta nueva categoría de italianos, que a diferencia del pasado, tienen un trabajo estable, pero se ven obligados cada vez con mayor frecuencia a recurrir a los servicios de comedores de beneficencia, que antes estaban dedicados solo a inmigrantes, los extracomunitarios.
Entrevistado mientras hacía la fila para recibir la comida del día, Luigi reconoció que la separación de su mujer lo ha llevado a una situación de pobreza que nunca se habría imaginado.
Y es que entre los 500 euros (unos 566 dólares) que pasa al mes a su ex esposa y otros 400 euros (unos 453 dólares) que paga por la renta de una recámara en un barrio popular de Roma se le va casi todo su salario.
“Es una bendición que existan comedores como éstos, de otra manera gente en mi situación no sabría qué hacer”, señaló.
Luigi al menos tiene un lugar donde dormir, pues según una investigación del Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (Eurispes), suman cuatro millones los hombres separados que deben mantener a la familia y de los cuales el 80 por ciento no logra sobrevivir de manera digna con su salario.
Esta es la nueva categoría denominada “pobres con empleo” que suelen dormir en la calle, en parques públicos, centros de acogida, en el propio automóvil o en casa de amigos o familiares.
Es una población que de acuerdo con el Eurispes vive en “estado de privación”, es decir, que aunque tiene un salario no es capaz de afrontar gastos imprevistos, tiene deudas atrasadas, no puede acceder a una alimentación adecuada al menos cada dos días y, en algunos casos, es incapaz de pagar una renta o una hipoteca.
Un reporte de septiembre pasado de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) resaltó que respecto a otros países avanzados, Italia no solo registra un elevado nivel de desempleado (el 13 por ciento de la población ocupada), sino que también tiene un alto porcentaje de empleos de “escasa calidad”.
De los nuevos pobres en Italia, sin embargo, también forma parte el ejército de extranjeros, en especial los rumanos, que llegaron a este país en busca de trabajo cuando en 2007 su país se adhirió a la Unión Europea (UE).
Adam, por ejemplo, es un rumano de 36 años, que duerme en la estación central de trenes Termini en Roma, hace dos años a causa de la crisis económica perdió su trabajo de albañil en una empresa de la construcción que quebró y ahora no tiene dinero para pagar una renta ni puede comprar el boleto de regreso a Bucarest.
Su caso es el de miles de ciudadanos extracomunitarios, muchos de ellos optan por regresar a sus países de origen, ya que según datos del ministerio del Trabajo en 2013 los extranjeros desempleados en Italia sumaron casi 400 mil, con pocas perspectivas de mejorar su situación laboral.
Que la crisis económica iniciada en 2008 ha dejado una profunda huella en el tejido social italiano lo certificó el más reciente reporte de la Caritas en la materia, presentado el pasado 19 de febrero,
La organización humanitaria alertó que uno de cada cuatro italianos está bajo riesgo de caer en la pobreza, mientras el 23 por ciento de las familias vive en situación de dificultad económica.
El informe resaltó que en el país europeo hay más de 10 millones de personas, el 16.6 por ciento de la población, en condición de pobreza relativa, es decir, con un gasto por consumo inferior al umbral mínimo de referencia.
En cambio, la pobreza absoluta, que no permite acceder a estándares de vida aceptables, afecta al 7.9 por ciento de las familias italianas por un total de seis millones de personas.
Otro reporte de Caritas mostró que entre 2010 y 2011, los peores años de la crisis económica, ningún país de la Unión Europea tuvo un aumento de la pobreza como el registrado en Italia, mientras que entre 2011 y 2012 solo Bulgaria estuvo peor.
También advirtió que la pobreza infantil en Italia supera en cinco puntos al promedio europeo, mientras que entre 2008 y 2011 la desigualdad en el ingreso aumentó 10 por ciento.
Frente a esa realidad el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, prometió que en 2015, para cuando se espera la recuperación, Italia comenzará a revertir las consecuencias de la peor crisis económica de los últimos 70 años.
“El 2015 será un año decisivo para el desarrollo global. Italia cumplirá con su parte en el combate a la pobreza”, aseguró.