» Empresas mexicanas adoptan nuevas estrategias ante crisis en Brasil

Río de Janeiro.- Afectadas de forma desigual por la desaceleración, empresas mexicanas en Brasil adoptan nuevas tácticas para el nuevo escenario en la mayor economía de América Latina, donde la inflación superará el 8.0 por ciento en 2015 y el Producto Interno Bruto (PIB) podría contraerse en uno por ciento.

“Hemos notado un cambio gigante. Llevo 10 años haciendo negocios en Brasil y nunca había visto una caída tan grande de las ventas, ni siquiera en 2008 o 2011”, explicó el sonorense Hugo Delgado, socio de dos restaurantes en Sao Paulo.

Delgado, quien trabajó como alto ejecutivo de una multinacional antes de dedicarse a la gastronomía, señaló que las dificultades aparecieron “después de las elecciones presidenciales” de noviembre, y se concentran fundamentalmente en tres frentes.

Primero, una caída del volumen de clientes y ventas de 12 por ciento de enero a abril; segundo, enfrentar una inflación que en algunos productos llega a 30 o 40 por ciento, y luego el encarecimiento de productos importados por la caída de la moneda brasileña, “pero no queremos trasladar al consumidor ese aumento de costo”, relató.

Cuidadoso con los números, el socio de los restaurantes “Obá”, abierto en 2005, y “La Sabrosa”, una taquería inaugurada en 2014, dijo que procedió a varios ajustes para hacer frente a esta situación.

“Estamos renegociando rentas de locales, negociando con suministradores, no contratando personal nuevo… No vamos a rendirnos porque la rentabilidad haya caído, pero si ahora me ofrecen entrar en un nuevo restaurante creo que diría que no”, señaló.

Varias empresas mexicanas anunciaron las últimas semanas la reducción de sus actividades en Brasil o incluso el cierre de las operaciones, en un escenario económico que comienza a dar señales de impacto en el desempleo y en la caída del consumo.

Un ejemplo, es el Grupo Rotoplas, focalizado en el negocio del almacenamiento y tratamiento de agua, que anunció a finales de abril el cierre de dos plantas en Brasil “como parte de la estrategia para dar más eficiencia a los recursos” en el país.

El Grupo Elektra, dedicado a servicios financieros y de comercio, anunció la semana pasada el proceso de retiro de operaciones en Brasil, país en el que comenzó a operar en 2008, especialmente en el noreste, donde no logró consolidar su modelo de negocio.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la recesión en Brasil alcance el uno por ciento este año, aunque economistas y analistas en el país prevén que ésta pueda alcanzar 1.20 por ciento, mientras la inflación debería doblar la meta gubernamental y superar el ocho por ciento.

El país registró una caída de las ventas al detalle del 0.8 por ciento de enero a marzo, y tuvo su peor trimestre desde 2003, en tanto el desempleo alcanzó en ese período 7.9 por ciento, su mayor nivel desde 2013.

La crisis económica en Brasil no es, sin embargo, la única dificultad que enfrentan corporaciones mexicanas, que también deben adaptarse a un marco local de complejidad burocrática, altos costos operacionales, elevados impuestos, y además cierto proteccionismo.

Pero no todos los sectores son iguales y compañías como Cinépolis -la exhibidora mexicana que en un lustro se alzó en la segunda mayor del país sudamericano- prevé para 2015 “registros históricos”.

“Estamos creciendo mucho, tanto en público como en recaudación en taquilla”, dijo Eduardo Acuña, su director general en Brasil, quien destacó que prevén tener este año 21 millones de clientes (50 por ciento más que en 2014) y abrir 32 salas en el país.

“Somos una industria contracíclica: la gente deja de consumir bienes de consumo, o incluso ocio caro como teatro, pero no cine, que es el entretenimiento fuera de casa más barato que hay”, señaló Acuña, al frente de una empresa que cuenta con 316 salas en 30 ciudades del país.

El gobierno del país sudamericano, que entre 2003 y 2012 vivió una década sostenida de crecimiento y atrajo decenas de miles de millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED), asegura que la desaceleración es un “ajuste” económico temporal y que a partir de 2016 el país volverá a la senda del crecimiento.

Para Alexandre Siphone, del gabinete de abogados “Caminha, Barbosa & Siphone”, con experiencia en asesoramiento a decenas de firmas mexicanas en su estrategia en Brasil, el escenario no influye en el interés mexicano por invertir en el país, pero sí provoca “mucha necesidad de comprender los costos y los trámites a seguir”.

“Hay cierto temor ante la situación económica, pero muchas empresas mexicanas son inversores a largo plazo que sienten que Brasil remontará en los próximos años”, explicó el abogado y que “una tendencia nueva es quizá el mayor interés por adquisiciones de participaciones en compañías brasileñas”.