El gobierno cubano y unos 600 migrantes establecidos en 57 países, la mayoría en Estados Unidos, exploraron hoy las posibilidades de inversión en la economía nacional, al finalizar dos días de debates a puertas cerradas en La Habana.
“Ya han sido aprobados algunos proyectos de inversión de cubanos residentes en el exterior y otros están en análisis”, afirmó la viceministra de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Ana Teresita González, al intervenir en un panel sobre el tema.
Sin dar otros detalles, la funcionaria dijo que en el intercambio se explicó a los asistentes “las oportunidades y posibilidades” de vincularse a la economía nacional.
El gobierno ha autorizado el funcionamiento de nueve mil 399 medianas y pequeñas empresas privadas tras más de 50 años de prohibición, como parte de las reformas económicas que lleva a cabo en medio del mayor éxodo y la peor crisis del siglo en curso.
Pequeños capitales de migrantes han logrado evadir las sanciones económicas de Estados Unidos para poner en marcha en la isla decenas de comercios de alimentos, la mayoría de importación y con altos precios de venta en moneda nacional o extranjera.
Las cadenas de tiendas estatales, hasta hace dos años las únicas que operaban en el país, se encuentran desabastecidas de productos esenciales como carnes y lácteos. Sus ventas son en moneda extranjera, también con alta carga inflacionaria.
En moneda nacional, los comercios estatales solo comercializan contados productos mediante cartilla de racionamiento.
“Contamos con su apoyo”, dice Díaz-Canel al clausurar el intercambio
“Estas 48 horas de intercambios en paneles y en los pasillos nos han permitido aumentar la participación de los cubanos (que viven fuera de la isla) en el desarrollo del país”, dijo el presidente Miguel Díaz-Canel al clausurar la denominada Cuarta Conferencia la Nación y la Emigración.
En un discurso de 25 minutos, el mandatario hizo un recuento del camino recorrido entre las dos partes desde los diálogos iniciados en 1978 y rindió tributo a los migrantes asesinados por anticastristas debido a su participación en esos primeros diálogos.
“Este intercambio no depende de la opinión de otro gobierno, es un ejercicio estrictamente cubano y para los cubanos (…) sin que puedan impedirlo las diferencias políticas”, proclamó además el gobernante, al remarcar que fuera de esa concepción solo quedan ‘los anexionistas’.
Díaz-Canel alertó que políticos estadunidenses de origen cubano “amenazan con nuevos castigos y pretenden que pierdan hasta el estatus de refugiados aquellos que vengan de vacaciones a Cuba”.
En la reunión se examinaron además temas relativos a los intercambios culturales, la colaboración en asuntos de comunicación, así como demandas planteadas por los migrantes, como la prohibición por ocho años de regresar al país a quienes deserten de misiones oficiales.
“Por una cuestión de humanidad ese problema yo creo que se va a resolver”, dijo el emigrado Carlos Lazo, ex miembro del ejército de Estados Unidos y creador de un grupo de solidaridad con Cuba en el país norteño, participante también en los debates en La Habana.
Después de Estados Unidos, los países más representados en la conferencia fueron España, México, Panamá, Francia e Italia.
(milenio.com)