Ginebra.- El Relator Especial de Naciones Unidas, Ben Emmerson, instó a los países que integran el Consejo de Seguridad a tomar medidas eficaces para hacer cumplir el derecho internacional y proteger a los civiles en las zonas bajo control del grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria.
“El Consejo de Seguridad tiene la obligación de actuar”, dijo el relator especial sobre la protección y promoción de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo, durante la presentación de su informe sobre las violaciones flagrantes cometidas por el Estado Islámico y la urgente necesidad de la rendición de cuentas.
“Teniendo en cuenta los informes de genocidio (perpetrado por el EI), todos los miembros del Consejo de Seguridad pueden ahora asumir su responsabilidad y tomar medidas específicas para evitar que se siga cometiendo el más grave de los crímenes internacionales”, señaló el experto británico.
Emmerson subrayó la imperiosa necesidad de que los miembros permanentes del Consejo “se abstengan de utilizar sus poderes de veto para bloquear la acción encaminada a poner fin a esos crímenes atroces”.
En su informe presentado al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU), Emmerson describe pruebas claras de la persecución y ejecución sumaria de las comunidades minoritarias religiosas y étnicas en una escala masiva.
También sobre la ejecución arbitraria de líderes comunitarios, periodistas, intelectuales y otros, así como desapariciones masivas, conversiones religiosas forzadas y la tortura sistemática.
Según los informes, al menos 700 personas fueron asesinadas en algunas de dichas masacres. La aplicación de la justicia sumaria en las zonas bajo control de EI incluye decapitación pública, fusilamiento, la lapidación, amarre y amputación.
El informe describe escenas de cadáveres mutilados que se ponen en exposición pública como elemento de disuasión. Además, la violencia de género es sistemática, la violación y la esclavitud sexual son parte de la vida cotidiana y los homosexuales son perseguidos.
De igual forma los niños han sido víctimas de ejecuciones sumarias, detenciones arbitrarias y torturas, y son obligados a participar en el entrenamiento militar.
Lugares religiosos y culturales significativos han sido destruidos sistemáticamente. “En pocas palabras, las personas que viven bajo el terror del EI vivirán con miedo para el resto de sus días”, dijo el experto.
“Estos crímenes impactantes se cometen a escala industrial y eso representa una afrenta a la conciencia de toda la comunidad internacional”, valoró.
El Relator Especial señaló que, hasta el momento, el Consejo de Seguridad de la ONU sólo ha determinado que el EI representa una amenaza para la paz y la seguridad internacionales y ha insistido en la necesidad de llevar a los responsables ante la justicia.
“Sin embargo, el Consejo ha fracasado notablemente en autorizar una acción militar bajo el Capítulo 7 de la Carta de la ONU, o para referir la situación en Irak y Siria a la Corte Penal Internacional”, indicó.
“Los Estados tienen la obligación de tomar medidas para proteger a la población civil de actos generalizados y sistemáticos de violencia y terrorismo”, sostuvo.
“Es esencial que cualquier respuesta se fundamente en el respeto del derecho internacional, incluidos el derecho internacional humanitario, el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho de los refugiados”, concluyó.