Buenos Aires.- El Senado argentino aprobó hoy la creación de una nueva Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que sustituirá a la desprestigiada Secretaria de Inteligencia (SIDE), que ordenó disolver la presidenta Cristina Fernández.
La histórica reforma fue aprobada con 38 votos a favor y siete en contra, luego de dos horas y media de un debate en el que la mayoría de los bloques opositores se negaron a participar por criticar la forma y el fondo de la iniciativa.
Ahora la creación de la AFI pasará a manos de la Cámara de Diputados, que la discutirá también en un trámite expreso para que esté aprobada a más tardar en dos semanas.
La disolución de la SIDE fue propuesta por la presidenta luego de la muerte de Alberto Nisman, el fiscal que la acusó de haber pactado con Irán, la protección de supuestos terroristas implicados en el peor ataque ocurrido en Argentina, en 1994, y que dejó 85 muertos.
Fernández insiste en que la muerte de Nisman respondió a una operación política en contra de su gobierno, como una venganza de espías inconformes con la “limpia” que se estaba haciendo en la SIDE.
Pese a que la aprobación en el Senado fue acelerada, la bancada oficialista aceptó cambios propuestos por diversas organizaciones.
Entre ellos destaca la promesa de transparentar el millonario presupuesto de los servicios de inteligencia, reducir de 25 a 15 años la clasificación de la información y limitar la inteligencia criminal a situaciones en las que haya solicitud judicial.
La reforma había sido demandada por sectores de la oposición, ya que la SIDE arrastra un fuerte desprestigio y se había convertido en sinónimo de prácticas oscuras y tenebrosas que servían más para el chantaje y las operaciones políticas que para respaldar investigaciones serias.
Los cambios, que no se esperaban en la recta final del gobierno de Fernández, quien termina su mandato en diciembre próximo, fueron obligados por la conmoción provocada por la muerte de Nisman.
La iniciativa establece que la nueva AFI tendrá un director y un subdirector que serán nombrados por el Senado, pero que podrán ser removidos por el Ejecutivo.
Además las escuchas (espionaje telefónico), ya no serán operadas por el organismo, sino por el Ministerio Público, y las actividades de inteligencia tendrán que subordinarse a los derechos y garantías legales, constitucionales y de tratados de derechos humanos.
La propuesta fue aplaudida por varios sectores, incluso opositores, pero también se abrió una polémica inmediata porque no se prevé una “limpia” de personal, así que todos los empleados de la SIDE pasarán a formar parte de la AFI, lo que es impugnado por quienes apuestan a un cambio de fondo.