Roma.- El modelo de producción agrícola que predomina no es adecuado para los nuevos retos de la seguridad alimentaria del siglo XXI, aseguró hoy la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Aunque el número de personas con hambre crónica se ha reducido en 100 millones durante la última década, 805 millones no tienen todavía lo suficiente para comer de forma regular, afirmó el director general de la FAO, José Graziano da Silva.
El directivo del organismo realizó sus declaraciones al participar en París en un foro internacional sobre agricultura y cambio climático organizado por el gobierno de Francia.
En su discurso, difundido por la oficina de prensa de la FAO -con sede en Roma-, Graziano da Silva señaló que el aumento de la producción se ha considerado siempre la vía natural para acabar con el hambre.
Sin embargo, a pesar de que en la actualidad el mundo produce alimentos suficientes para todos, el hambre sigue siendo un problema.
“Dado que la producción de alimentos no es una condición suficiente para la seguridad alimentaria, esto significa que la forma en que estamos produciendo ya no es aceptable”, sostuvo.
“Lo que tenemos hoy todavía es principalmente un modelo de producción que no puede evitar la degradación de los suelos y la pérdida de biodiversidad, y ambos son bienes esenciales, especialmente para las generaciones futuras”, añadió.
El directivo de la FAO advirtió que ese modelo debe ser revisado, pues “necesitamos un cambio de paradigma: los sistemas alimentarios deben ser más sostenibles, inclusivos y resilientes”.
Graziano da Silva explicó que el cambio climático no sólo afectará a la producción de alimentos, sino también a su disponibilidad y la estabilidad de los suministros.
Resaltó que la agricultura tiene un papel importante que desempeñar, no sólo para garantizar la seguridad alimentaria, sino también para aumentar la resiliencia ante los efectos del cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el hombre.
“Las consecuencias del cambio climático ya no son una amenaza previsible. Ahora son una realidad totalmente clara ante nuestros propios ojos”, aseveró.
“El cambio climático no sólo afectará a la producción de alimentos, sino también a su disponibilidad y la estabilidad de los suministros. Y en una economía mundial interdependiente, el cambio climático hace que el mercado mundial de productos agrícolas sea menos predecible y más volátil”, añadió Graziano da Silva.
Explicó que un nuevo enfoque prometedor es lo que se conoce como “agricultura climáticamente inteligente”.
Dicho enfoque consiste en ajustar las prácticas agrícolas para hacerlas más adaptables y resilientes a las presiones ambientales, mientras que al mismo tiempo se reduce el impacto de la agricultura sobre el medio ambiente.
Destacó también a la “agroecología”, como una forma prometedora para hacer avanzar la producción alimentaria de manera más sostenible.
Este enfoque utiliza la teoría ecológica para estudiar y gestionar los sistemas agrícolas con el fin de hacerlos más productivos y que conserven mejor los recursos naturales.
El foro de este viernes fue la primera de una serie de eventos preparatorios para la cumbre del clima, que se celebrará en diciembre de 2015.