Tuxtla Gutiérrez.- Don Jesús Rodríguez y doña América Rodríguez, originarios del municipio de Jiquipilas, cumplieron en octubre pasado 63 años de vida matrimonial, procrearon 11 hijos y actualmente viven con uno de ellos en una casa de adobe.
Pasaron su infancia cada uno al lado de sus padres en una comunidad rural; su formación siempre fue el trabajo, la entrega en el oficio de la casa y en el campo, eso sí, mujer y hombre de trabajo.
Su juventud fue como la de muchos en la comunidad, llena de ilusiones, de sueños y de proyectos. Siendo muy jóvenes unieron sus vidas, su pensamiento fue desde un principio educar a sus hijos, el que ellos lograrán salir adelante y triunfaran por si solos.
Cuando se aproximaron a los 30 años de vida juntos creyeron haber alcanzado uno de sus propósitos, permanecer muchos años juntos, sin embargo Dios los siguió llenando de bendiciones, de alegrías y satisfacciones.
Conforme sus hijos crecían y tomaba cada uno su camino, se veía mermada cada vez la familia. Ellos también empezaron a ver que habían crecido en edad, su cabello empezó a blanquear cuando llegaron a los 40 años.
Don Jesús revela que su vida ha sido el campo, su vida fue criar animales bovinos para luego venderlos poco a poco para sacar adelante a sus hijos, en tanto que en su casa, su esposa criaba marranos y aves.
Entre el trabajo y familia, don Jesús y dona América, crecieron en edad matrimonial, en experiencia, en amor, en la convivencia con sus hijos, ambos creen que uno ha sido el complemento del otro, poco a poco llegaron a los 50 años de matrimonio.
Ambos comentaron que la fórmula para crecer en la vida matrimonial ha sido el amor, la fidelidad, el acompañamiento, el cuidado, la protección, el socorro, el auxilio, la disciplina, es decir, una vida ordenada, sin vicios.
Cuando comenzaron su vida unidos nunca se imaginaron que llegarían tan lejos, hoy disfrutan la vida de hijos, nuevas, yernos, nietos, biznietos, ahijados de matrimonio.
Ambos aspiran a mantener su fortaleza en Dios, en adelante, en el mayor acompañamiento, conforme pasan los años, nada es igual que antes.
La enfermedad de la diabetes ha causado limitaciones, pero ambos han sabido salir delante de la crisis de salud, cada vez se necesitan más en uno al otro, la fuerza para trabajar ya no es la misma, empero él a sus 84 años y ella a sus 78 se dicen muy afortunados.
Reiteran que para poder mantener unidos tantos años la clave ha sido la fidelidad, la confianza, el amor, la protección y el sacrificio del uno hacia el otro, hoy creen que se necesitan más.
Creen que en la época actual en la que un matrimonio equivale a casi un juego en el que las parejas, casi al primer enojo o desavenencia optan por la separación, falta mucho compromiso de ambos.
Cuentan que muchas de las nuevas parejas a veces no sienten la vocación al matrimonio, algunas experimentan el matrimonio muy jóvenes, lo que a veces es causa de que nunca alcanzan la madurez.
Llaman a las nuevas generaciones de esposos a creer en el matrimonio, a forjar una familia llena de amor para salvar a la sociedad, para rescatar a muchas familias, hijos, que a veces se sienten acorralados por el consumismo o por los problemas sociales.
Cuando hay parejas que prefieren vivir en unión libre, consideran que les hace falta confianza, el deseo de darles mayor seguridad a sus hijos, como que piensan más en la certidumbre de ellos que en la de sus hijos.
A lo mejor se vale que un hombre y una mujer se vayan a vivir juntos sin casarse y que sigan así con continuo cambio de parejas, pero eso no es lo deseable, no es el sueño de Dios que santifico al matrimonio, lo bendijo y llamo a educar a sus niños.
Señalan que en la actualidad muchas parejas se regalan prendas de color rojo para asegurar o demostrar amor, sobre todo en la fecha del 14 de, a lo mejor es muy bueno, se vale utilizar todos los medios para hacer feliz, pero una ropa no es todo.
Así como hay parejas que duran mucho tiempo, que son ejemplo, que han hecho una gran vida matrimonial, hay también aquellas que se separan, las que poco piensan en los hijos, las que tardaron en llegar al Registro Civil para casarse pero regresaron luego buscando la separación.
Asimismo, creen que falta como sociedad fomentar los valores, la importancia del matrimonio, de la unión legal, sobre todo, porque genera certidumbre en los hijos, que son quienes necesitan más protección.
Tenemos como sociedad el reto y el desafío, dice don Jesús, de generar, fomentar y encauzar un compromiso mayor entre las personas.