» Genética aplicada permite reproducción de lobo gris en Coahuila

Saltillo.- El Museo del Desierto logró por primera vez reproducir un lobo gris mexicano con genética aplicada, que se enmarca entre los esfuerzos de Estados Unidos y México para evitar la extinción de esta especie, de la que sólo quedan 355 ejemplares.

El responsable de Fauna en el museo, Fernando Toledo, señaló que “lo que se busca es que haya la menor contaminación posible. Según la genética de cada uno de los ejemplares se van escogiendo las parejas, y lo hace gente especializada en la materia”.

Narró que el programa de reproducción inició en 2009, cuando el Comité Binacional Estados Unidos-México para el rescate del lobo mexicano trasladó desde Washington a seis hembras al Museo del Desierto, ubicado en esta ciudad, así como a Puebla y al Distrito Federal.

“Nos quedamos sólo con una hembra. Posteriormente hicimos la petición al comité de una pareja reproductora, la obtuvimos el año pasado (el macho en octubre y en diciembre la hembra). El macho llegó de Estados Unidos y estuvo un tiempo en el Distrito Federal y lo mandaron para acá”, dijo.

Hubo un periodo de acoplamiento, continuó, para que estuvieran a gusto, desde diciembre de 2014; “hubo el acoplamiento y la pareja comenzó a convivir en el mismo albergue. En marzo, temporada de reproducción del lobo mexicano, logramos ver que hubo cópula y monitoreamos la evolución de la hembra”.

Señaló que a la pareja la dejaron lo más silvestre que se podía en su área “para no interferir en su comportamiento. No es como un perro que se puede palpar. Se puede hacer, pero por protocolo no se hace a menos que sea una emergencia”.

Toledo indicó que, a través del monitoreo, detectaron síntomas que indicaban un posible embarazo. El primero es que la hembra empieza a cavar en varios lugares, hasta que escoge dónde va a ser su madriguera para tener a su cachorro.

“Estuvimos viendo hasta que entró y sólo salía por las tardes a comer y a hacer sus necesidades. Era un indicador. Tras 63, 65 días confirmamos la presencia de un cachorro, que lo vimos hace más de 15 días, fue el primer contacto visual, ya lo habíamos escuchado antes, pero no queríamos entrar a interrumpir”, mencionó.

Otro indicador de que había crío es que el macho comenzó a llevar alimento a la madriguera.

“Extremanos precauciones -dijo-, porque se trata de una hembra joven y no queríamos que se estresara, u ocasionar problemas, como el abandono de su crío. Hasta hoy parece que hay buen estado de salud del cachorro”.

Adelantó que aproximadamente en 20 días personal especializado del Museo del Desierto hará el primer manejo para conocer el sexo, verificar peso y aplicar vacunas al cachorro de lobo gris mexicano.

Todavía hay riesgo de que haya algún tipo de infección, parásitos, como sucede con muchos animales, comentó Toledo.

Sostuvo que en las décadas de los años 50 y 60 del siglo pasado hubo una campaña de exterminio de lobos, por desinformación de que se comía el ganado.

“Funcionó bien, porque prácticamente mataron a todos los lobos que había, pero de inmediato vieron la necesidad de rescatarlos”, expuso.

Desde 1982 a la fecha, Estados Unidos y México trabajan con especies en cautiverio y en total existen unos 355 lobos grises mexicanos, con los que el Comité Binacional lleva a cabo estudios de genética.

Una vez al año se efectúa la reunión del Comité Binacional del Lobo. En ella, aseguró Toledo, se exponen y se deciden las parejas a asignar.

“Hay posibilidad de recibir unos animales y por el mismo lado tenemos que estar en la disponibilidad de que, si se nos solicitan algunos lobos para reproducción, mandarlos. Es como estamos trabajando”, enfatizó.

En Estados Unidos existen unos 100 ejemplares de lobo gris mexicano que se han logrado a través de la reintroducción de ejemplares en la vida silvestre.

“En México ha habido reintroducciones, el año pasado hubo nacimientos en vida silvestre, cuatro. La población es como de seis en ese estado”, señaló.

En la franja norte del país, específicamente entre Sonora y Chihuahua, se lleva a cabo el programa y se busca hacer la reintroducción en los lugares más lejanos, para que haya el menor contacto con humanos.

Toledo dijo que la dieta del lobo en cautiverio es a base de conejo y venado. “Lo que más se busca es darles algo más cercano a la vida silvestre, carne de conejo, de venado; también unas croquetas para lobos y coyotes que funcionan bien, no saben a pollo o a res”, aclaró.

Por ahora, mencionó, monitorean a los lobos mediante cámaras de Gesell, con dos áreas de observación. “Están en proyecto cámaras de circuito cerrado para monitorear incluso las madrigueras, para que en los próximos años tengamos registro de qué pasa en las mismas”.

Adelantó que están buscando un albergue nuevo para aumentar la capacidad para alojar a los lobos.

“Ahorita están en unos dos mil metros cuadrados y queremos -un espacio- más grande, para tener dos parejas reproductoras; tener un grupo más grande de más ejemplares, para luego reintroducirlos a la vida silvestre”, puntualizó.