» Sin estudios ambientales para Tren Maya, selva desaparecerá en 15 años: expertos

Esta nota fue creada el lunes, 25 abril, 2022 a las 23:37 hrs
Sección: La Provincia

De continuar las obras del Tramo 5 del proyecto Tren Maya, sin los estudios de impacto ambiental, y las autorizaciones correspondientes, se podría acelerar la desaparición de las selvas de la península de Yucatán en los próximos 15 años, ya que entre el 2000 y 2020, se han perdido más de mil 800 hectáreas –60 mil cada año–, por la falta de programas de ordenamiento territorial, señaló la Alianza Nacional por la Conservación del Jaguar (ANCJ).

“Además de las presiones que pueda ejercer el proyecto del Tren Maya, se debe entender que las selvas de la Península de Yucatán ya están enormemente amenazadas, por lo que es urgente una sólida y ambiciosa estrategia de conservación. De no llevarse a cabo, la mayoría de las selvas remanentes desaparecerán en los siguientes 15 años, y con ellas una de las mayores selvas del mundo y cientos de miles de especies, incluyendo el jaguar, sus presas y los ecosistemas que habita, y los bienes y servicios de los que dependemos como sociedad”, enfatizó la organización, presidida por el investigador de la UNAM, Gerardo Ceballos.

La ANCJ subrayó que el problema de la desaparición de las selvas en la Península de Yucatán no se restringe a la construcción del Tren Maya, sino a la falta de programas de ordenamiento territorial, desarrollo inadecuado e intereses económicos desarticulados de la conservación del ambiente y el bienestar común, que propiciaron el avance acelerado de la frontera urbana, agrícola y ganadera.

En un documento para emitir su posicionamiento, la alianza destacó que al inicio del proyecto, en 2018 iniciaron colaboración con el entonces director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, para analizar y mitigar los potenciales efectos ambientales negativos del proyecto, entre los que acordaron instalación de 300 pasos de fauna en la vía ya existente donde se construirá el tren, de los tramos 1 al 4, así como ampliar y crear áreas naturales protegidas; acuerdo que se rompió tras la llegada de Javier May y el cambio del Tramo 5, que –dicen– tendrá efectos devastadores.

“El nuevo trazo no se ubicó en los derechos de vía, y ahora se está realizando por terrenos principalmente cubiertos por selvas y vegetación natural. Esto tendrá impactos severos en la biodiversidad, y por supuesto en el jaguar y sus presas, pero además generará efectos e impactos tal vez irreversibles en el mayor sistema de ríos y cuevas subterráneas del planeta, como ha sido manifestado ampliamente en redes sociales y medios de comunicación”.

La alianza subrayó que Fonatur inició la construcción del tramo 5 con una serie de irregularidades “que desde nuestra perspectiva atentan contra la conservación y pone en un enorme riesgo procesos biológicos y funcionales de la región”.

Resaltaron que el desmonte del nuevo trazo comenzó sin un proyecto ejecutivo, sin los permisos de la Semarnat, ni la Manifestación de Impacto Ambiental, y sin los estudios especiales sobre todo de topografía e hidrogeología.

​“No entendemos la motivación de hacerlo así, ya que lo hace ilegal al incumplir el Art. 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, no solo por los daños a la biodiversidad y al sistema de ríos y cuevas subterráneas, sino también porque pone en peligro la construcción y la viabilidad operativa del proyecto”.

De esa manera, la ANCJ dijo que para regularizar la construcción del tren con la normatividad ambiental y para consolidar la conservación de la diversidad biológica de toda la Península de Yucatán, es necesario detener las obras del tramo 5 “hasta que se cuente con el proyecto ejecutivo, la Manifestación de Impacto Ambiental y los estudios técnicos específicos y se determine el trazado con menor impacto ambiental, así como la viabilidad del mismo”.

Proponen garantizar que se construyan los más de 300 pasos de fauna ya identificados e incluidos en los proyectos ejecutivos de los tramos 1 a 4, Palenque – Cancún, ya que es el proyecto de mayor envergadura de pasos de fauna en el planeta, y debe respetarse su construcción.

También proponen establecer y fortalecer el sistema de centros de resguardo y readaptación de fauna silvestre en la península; avanzar con los proyectos ejecutivos, las manifestaciones de impacto ambiental y estudios técnicos específicos de los tramos 6 y 7 para evitar una situación similar a la del Tramo 5.

Actualizar los programas de ordenamiento territorial de los tres estados para que se regule de manera adecuada las actividades productivas y se consolide la conservación de las regiones en las que aún hay selva.

Ampliar y consolidar el sistema de Áreas Naturales Protegidas y establecer un sistema de corredores biológicos en toda la península y todo el sur de México. Explican que la estrategia para conservar a largo plazo estas selvas debe incluir el decreto de nuevas Áreas Naturales Protegidas federales y estatales; la creación de áreas de conservación voluntaria; el pago de servicios ambientales a las comunidades dueñas de la tierra para incentivar la conservación de las selvas, y; la firma de convenios de colaboración entre el Gobierno Federal y los gobiernos de Campeche, Yucatán y Quintana Roo para el manejo coordinado de las Áreas Naturales Protegidas de carácter federal y estatal en la región.

El financiamiento de la estrategia de conservación debe contemplar la creación de un fideicomiso ambiental con tres grandes rubros. Crear el sistema de reservas del Gran Calakmul, que abarque entre 1.3 y 1.4 millones de hectáreas de selvas protegidas. El sistema debe incluir a las reservas de la biosfera de Calakmul (Campeche) y Balam k´aax (Quintana Roo), las reservas estatales de Balam kin y Balam kú (Campeche), terrenos nacionales, áreas de conservación voluntaria y ejidos forestales.

Así como decretar una nueva gran reserva de la biosfera, “Balam Ha” o “Na Ha Balam”, de más de 200 mil hectáreas, que proteja las selvas y humedales remanentes que aún conectan las Áreas Naturales Protegidas de Yum Balam y Sian Ka’an, desde el norte hasta el sur de Quintana Roo. Esta reserva es esencial para garantizar el presente y futuro abasto de agua a lo largo de la fractura de Holbox, incluyendo el sistema de ríos subterráneos y cavernas más extensos del planeta y el bienestar ambiental de la Riviera Maya.

“Garantizar la conservación del jaguar y sus poblaciones, mediante la conectividad biológica y la continuidad ecológica por medio de los corredores biológicos y el establecimiento y mantenimiento de suficientes pasos de fauna, que permitan la permanencia y conservación adecuada de esta y otras especies en el largo plazo”.

La organización también propone crear un fondo de remediación sobre los impactos negativos de la construcción, operación y mantenimiento del Tren Maya, con lineamientos claros de administración, operación, seguimiento y monitoreo.

(milenio.com)





           



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