
Los precios del petróleo extendieron sus caídas en la apertura del martes de los mercados asiáticos, ya que los operadores respondieron con alivio a la aparente desescalada en el conflicto entre Irán e Israel.
El crudo Brent, de referencia internacional, cayó 4.1 por ciento a 67.61 dólares el barril, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, afirmara que los dos países habían acordado un alto el fuego que pondría fin a su conflicto en 24 horas.
Los precios del petróleo ya habían caído drásticamente el lunes tras el ataque de Irán a una base estadounidense en Catar, lo que los mercados consideraron una medida de “desescalada” que evitaría un ataque más grave a la infraestructura energética. El Brent cerró el lunes con una baja de 7.2 por ciento a 71.48 dólares por barril, la mayor caída desde agosto de 2022.
Estos movimientos marcaron un cambio radical respecto de la apertura del lunes, cuando el Brent subió por encima de los 80 dólares mientras los operadores respondían a los ataques estadounidenses a las instalaciones nucleares de Irán durante el fin de semana.
Pero los acontecimientos del lunes convencieron a los operadores de que el conflicto se estaba enfriando. Qatar afirmó haber repelido un bombardeo de misiles disparado por Irán que tuvo como objetivo la base aérea de Al Udeid, cerca de Doha, donde están estacionados 10 mil soldados estadounidenses.
Tras el ataque, Helima Croft, exanalista de la CIA que ahora trabaja en RBC Capital Markets, dijo: “El mercado ahora está claramente descontando una importante desescalada entre Estados Unidos e Irán”.
Croft añadió que los operadores apostaban por una repetición de la dinámica de enero de 2020, cuando, durante el primer mandato de Trump, Teherán respondió disparando misiles contra bases iraquíes que albergaban tropas estadounidenses tras el asesinato de su principal oficial militar. En ese caso, Teherán telegrafió el ataque a Trump por canales secretos con antelación.
“La decisión de Irán de tomar represalias mediante un ataque con misiles muy telegrafiado contra bases estadounidenses implica que es menos probable que utilicen el petróleo como arma”, declaró Michael Alfaro, director de inversiones de Gallo Partners, un fondo de cobertura especializado en energía e industria.
Añadió que los precios deberían mantenerse generalmente elevados al tener en cuenta el aumento de las tensiones, pero los fundamentos siguen sugiriendo que el mercado petrolero estaba bien abastecido.
Los analistas dijeron que la caída también reflejó que los operadores juzgaban que Irán no atacaría infraestructura energética importante de Medio Oriente ni intentaría cerrar el Estrecho de Ormuz, el canal por aproximadamente una cuarta parte del comercio marítimo de petróleo del mundo, en respuesta a las incursiones de Estados Unidos e Israel.
Los mercados petroleros se han dado cuenta de golpe de que Irán no tiene ningún interés en una conflagración descontrolada. Al igual que en 2020, Teherán ha calculado una respuesta mínima», declaró Bill Farren-Price, del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford.
Los analistas también dijeron que el mercado del crudo estaba respaldado por una oferta abundante, particularmente después de que el grupo de productores de petróleo OPEP+ elevara sus objetivos de producción en los últimos meses.
“Otra razón para la falta de prima de guerra es la inundación de petróleo que está llegando al mercado”, dijo Robert Yawger, analista de materias primas de Mizuho Securities, un banco de inversión.
Rory Johnston, investigador del mercado petrolero de Commodity Context, dijo que una ola de ventas de crudo “parece indicar que el mercado interpreta este último movimiento como una medida inherentemente de desescalada”.
A pesar de las sugerencias de algunos iraníes de línea dura de que Teherán debería responder a los ataques estadunidenses bloqueando el tráfico que pasa a través del Estrecho de Ormuz, el canal por el que cruza aproximadamente una cuarta parte del comercio marítimo mundial de petróleo, el suministro de crudo de Medio Oriente todavía no se ve afectado por la escalada del conflicto.
Sin embargo, los altos precios generaron nerviosismo en Washington. Trump instó el lunes a las compañías petroleras estadunidenses a extraer más petróleo, advirtiendo que permitir que los precios subieran beneficiaría a Irán.
“¡Todos, mantengan los precios del petróleo bajos. ¡Estoy vigilando! ¡Están actuando tal cómo quiere el enemigo! ¡No lo hagan!”, escribió en su plataforma Truth Social. Más tarde escribió: “Al departamento de Energía: ¡¡¡Perforen, perforen, perforen!!! ¡Y lo digo en serio, ahora!!!”.
Si bien una pequeña proporción del petróleo estadunidense se produce en tierras federales, la gran mayoría es de propiedad privada, lo que significa que el gobierno tiene poco control sobre los volúmenes de producción.
“La dura realidad es que cualquier presidente tiene pocas opciones para influir en el precio del crudo”, dijo Bob McNally, presidente de Rapidan Energy y asesor del sector de energía del expresidente George W. Bush.
“La mejor política para evitar un nuevo aumento de precios es, como lo hizo (el secretario de Estado Marco) Rubio, disuadir a Irán de apretar el gatillo petrolero: de atacar o causar una disrupción en los flujos de producción de energía del Golfo. Esa es la mejor opción para evitar un nuevo incremento de precios”.
El predecesor de Trump, Joe Biden, recurrió a la Reserva Estratégica de Petróleo de EU -una vasta reserva de crudo de emergencia- para ayudar a bajar los precios después de la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania en 2022, pero los efectos tardaron en notarse.
(milenio.com)