» Chac impide a Kukulcán dar bienvenida a primavera

Esta nota fue creada el sábado, 21 marzo, 2015 a las 21:23 hrs

Yucantan_Entrada_Primavera-3(1)Chichén Itzá, Yuc.- Un juego de poder entre los dioses mayas Chac y Kin provocó que miles de seguidores de Kukulcán quedaran pasmados y con el ánimo frustrado ante la imposibilidad de ver en su descenso de primavera al dios serpiente.

Desde temprana hora, esta zona arqueológica, ubicada al oriente de Yucatán, se colmó de miles de personas llegadas de todas latitudes, para ver la llegada de Kukulcán sobre la pirámide maya de El Castillo y de paso, andar por los mismos caminos que recorrieron los grandes señores de la cultura maya.

Durante la mayor parte del día, Kin, dios maya del Sol, se dejó ver esplendoroso sobre Chichén Itzá, al punto de ofrecer un resplandor especial a las vestimentas blancas y provocar “hasta el quebranto de las piedras”.

Miradas de asombro, expresiones de grandiosidad y disparo continuo de cámaras fotográficas o de teléfonos celulares son parte del rito obligado de turistas extranjeros, al final de la vereda que conduce del parador turístico a los adentros del sitio maya donde emergen el Juego de Pelota, el Templo de los Guerreros, entre otros edificios.

Kin arremete sin piedad contra todos los visitantes, mientras el pasto color marrón sirve de asiento o dormitorio aquellos que desean estar más cerca de Kukulcán, una multitud que se prolongó cada vez más hasta el juego de pelota, ubicado frente a El Castillo.

Algunos turistas descubren el eco particular que se escucha al aplaudir al frente de los lados norte y poniente de la pirámide maya, una de las siete maravillas del mundo moderno, sonidos que se convierten en un intento por despertar al dios serpiente y descienda a tiempo para su descenso por la escalinata norte.

La espera ha iniciado para algunos desde las 14:00 horas, desean ver como el Sol se proyectará sobre el milenario castillo maya y poco a poco se forma el cuerpo geométrico de la serpiente, conformado por siete triángulos isósceles que rematarán en una cabeza de piedra.

Poco después de las 15:00 horas y 60 minutos antes del descenso total de Kukulcán, Chac arremetió contra el cielo del Mayab y siembra densas nubes negras que auguran el posible temor del dios serpiente por descender y anunciar el inicio de la primavera.

Guías de turistas y custodios piden calma a visitantes, aconsejan fe en la benevolencia de Chac y la fuerza de Ik, dios del viento, para llevarse las densas nubes y permitir de nuevo el paso de los rayos solares.

Han pasado apenas 35 minutos cuando la gente ve que sus ruegos han sido escuchados y los rayos solares se proyectan sobre El Castillo, apreciándose las primeras figuras geométricas de luz y sombra que emergen y toman forma.

Pero cinco minutos más tarde y al unísono, un suspiro angustioso se escucha, todos los presentes hablan un mismo idioma y éste es el de la desilusión, de rechazo a Chac, que de nuevo ha llenado de sombras el cielo maya.

Con la ausencia o complicidad de Ik, las inesperadas invitadas negras y grises forman una muralla infranqueable contra el Sol, pero un contorno luminoso sobre ellas deja ver la lucha de Kin por romper con esa barrera que parece nunca habrá de superarse.

Los minutos pasan, han superado las 16:00 horas y en este juego de poder ha ganado Chac, por lo que rostros tristes, desencajados, malhumorados y hasta el llanto de frustración de un niño, anteceden a los pasos de las almas agobiadas que avanzan en singular procesión para abandonar Chichén Itzá.

Sólo algunos conservan la esperanza de ver a Kukulcán y son ellos, los que no han claudicado en la espera para ver al dios serpiente, quienes logran ver parte de su cuerpo serpenteante que se desvanece en su retorno al cielo o tal vez al interior de su eterna morada.

Será este domingo cuando Kukulcán intente aparecer de nueva cuenta para anunciar el inicio de la primavera, aunque “con lágrimas de rabia” Chac ha bañado Chichén Itzá y así anuncia que no ha de darse por vencido.





           



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