Toronto.- En medio de la moderna y cosmopolita ciudad de Toronto hay un castillo de más de un siglo, que desde antes de su construcción llevaba el nombre de Casa Loma.
Esta construcción estilo renacimiento gótico, que costó 3.5 millones de dólares, tiene 98 habitaciones, cinco suites completas, 39 baños, cinco mil luces eléctricas, jardines exterior e interior, establo, sala de billar, túneles secretos, cochera y salas de estar.
El lugar es propiedad del empresario y filántropo Sir Henry Pellatt, cuya excentricidad dejó como legado a Toronto y a sus visitantes una colección de artesanías y ornamento de la época.
El inmueble luce techos decorados con figuras de yeso de flores y arándanos, pisos de roble con duelas espigadas cuya tonalidad cambia según el ángulo de donde se mire.
Sobre una superficie de 16 mil 723 metros cuadrados, su construcción comenzó en 1911 y terminó en 1914, incluyendo siete pisos desde los sótanos hasta las torres y un colorido vitral circular donde se empleó la técnica de la época para iluminarlo de día y noche.
Desde 1937 Casa Loma es un museo que atrae a cerca de 400 mil visitantes cada año y alberga recepciones especiales como la boda de 110 parejas homosexuales en 2014 (The Grand Pride Wedding), la gala del Festival de cine TIFF, conciertos sinfónicos en los jardines y eventos culinarios.
A Henry Pellatt, de origen escocés, le gustaba rodearse de antigüedades de grandes personajes: su escritorio es una copia del de Napoleón y en la chimenea está grabado el héroe grecorromano Hércules.
En el siglo XVII los europeos se interesaron por los productos chinos y Pellatt no resistió esta tendencia. En varias partes de su castillo hay decoraciones chinas, como pavorreales o perros asiáticos que protegían los templos budistas.
Como se acostumbraba a principios del siglo pasado en la alta burguesía, los Pellatt dormían en recámaras separadas.
La de su esposa Lady Mary, incluía un solario, una sala de estar, un piano y un cuarto de baño. La de Sir Henry tenía una piel de tigre y una lámpara cuya base es un “guiverno” (dragón de dos patas en vez de cuatro), entre otras excentricidades.
La casa está situada sobre una loma al norte del centro de Toronto y cuenta con dos torres (escocesa y normanda); desde la torre escocesa, la principal, se puede ver la modernidad de los rascacielos bancarios del centro financiero de Canadá, así como la esbelta CN Tower.
En el interior de las torres, los visitantes han personificado cada uno de los tabiques naranja con nombre y país.
Debajo de esta torre, flanqueada de bestias heráldicas, existe una sala totalmente circular, con puertas y ventanas pandeadas, biombo estilo Luis XV y sillas tapizadas de seda francesa.
Tras la primera guerra mundial, la fortuna de los Pellatt, basada en los bienes raíces, comenzó a disminuir. Con la gran recesión, el banco que le había dado créditos inmobiliarios se declaró en bancarrota.
En 1924 los Pellatt tuvieron que desocupar la mansión y subastar la mayoría de sus pertenencias. Hubo un proyecto de convertirlo en hotel, pero fracasó.
El Museo Casa Loma es una reliquia del pasado y muestra del uso audaz de la industrialización del siglo pasado, con un sistema de riego en su jardín interior para tener permanentemente flores tropicales, aún en el largo invierno con temperaturas bajo cero.
Cuando en todo Toronto no había más de 200 teléfonos, a principios del siglo pasado, en Casa Loma había unos 50 aparatos.
“Henry hizo algo más que una casa común. Le proponía a la alcaldía de Toronto ser una ciudad moderna del siglo XX”, se lee en una de las fichas biográficas.
Pellat fue un diseñador industrial extravagante pero visionario. Eligió un lugar estratégico para construir este castillo desde donde se aprecia la ciudad y dejó un homenaje al pasado pero con visión de futuro.
El gran salón para las cenas, rodeado de una biblioteca con capacidad para 10 mil libros, es usado actualmente para celebraciones privadas.
Sir Henry, quien había liderado el Regimiento Militar, era un empresario caritativo que hacía donaciones a iglesias, hospitales y escuelas, pero en los últimos días de su vida vivió sin fortuna.
Casa Loma es propiedad de la municipalidad de Toronto y es administrada desde 2013 por Liberty Entertainment Group.
A poco más de un siglo de su construcción, este castillo medieval conserva su decoración estilo gótico, italiano, normando y moderno de principios del siglo XX. Desde la loma de Davenport y Spadina, este castillo ha sido testigo de la modernidad de Toronto.