
El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, advirtió que la verdadera transformación del Poder Judicial no está en la toga de los juzgadores, sino en garantizar justicia accesible, cercana y digna para todas y todos.
El legislador se refirió así a la iniciativa impulsada por senadores morenistas para eliminar el uso obligatorio de la toga negra para los ministros de la Suprema Corte de Justicia.
Sostuvo que, sin garantizar transformaciones de fondo en el Poder Judicial, la supresión de la toga “corre el riesgo de convertirse en una concesión superficial, incapaz de saldar la deuda histórica que el sistema judicial aún tiene con los sectores más excluidos del país”.
Desafíos de justicia no se resuelven modificando un atuendo: Monreal
En su artículo Con toga o sin toga compartido en redes sociales, Monreal Ávila afirmó que este debate, aunque visible y simbólicamente cargado, podría desviar la atención de los problemas estructurales más urgentes del sistema judicial.
Enumeró la desigualdad en el acceso a la justicia, la lentitud procesal, la percepción de parcialidad, la opacidad institucional y la desconexión del Poder Judicial con amplios sectores de la población entre los desafíos que no se resuelven modificando el atuendo de sus integrantes.
Admitió que prescindir de un uniforme tradicional y optar por una vestimenta formal o culturalmente significativa entre los ministros puede representar, sin duda, un gesto de cercanía y respeto por la diversidad.
“En una sociedad constitucionalmente reconocida como pluricultural, abrir espacio a expresiones culturales diversas, sin comprometer el decoro institucional, puede fortalecer el vínculo entre ciudadanía y justicia”, indicó.
Aquí la declaración:
Símbolos importan, comunican intenciones: Monreal
Sin embargo, añadió, la eliminación del uso obligatorio de la toga se inscribe en un proceso más amplio de transformación del Poder Judicial, en el cual la elección directa de las y los jueces, magistrados y ministros, así como la exigencia de mayor legitimidad social, obligan a repensar también los símbolos que lo representan.
“El cambio no solo remite al atuendo, sino a la posibilidad de que la justicia deje de hablar desde la distancia y comience a reflejar, en forma y fondo, la pluralidad jurídica y cultural del país”, agregó.
Monreal remarcó que los símbolos importan, pues comunican intenciones y abren posibilidades, aunque son apenas el inicio:
“La inclusión no se alcanza mediante gestos simbólicos, sino con transformaciones sustantivas que garanticen representación efectiva, trato digno, enfoque intercultural y eliminación de barreras sistemáticas”.
(milenio.com)