México ha comenzado a reducir la informalidad laboral con empleos que incluyen prestaciones y acceso a servicios médicos, y eso tiene una contribución importante a mejores condiciones de salud y mayor desarrollo humano, pero además ha descendido el porcentaje de niños entre 12 y 15 años que trabajan, afirmó Rodolfo de la Torre, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El titular de la Coordinación General de la Oficina de Investigación en Desarrollo Humano (OIDH) del PNUD en México, aseguró que esta tendencia es muy importante, pero el reto central es incrementar los ingresos promedio de los trabajadores, lo que pasa a largo plazo porque generan mayor productividad.
Entrevistado al término de la presentación del Boletín 6 de la Tendencia Laboral del Desarrollo Humano, destacó que esa productividad tiene que ver también con reducir el tamaño del sector informal, para lo que se requiere dar incentivos a la formalización y hacer menos atractiva la permanencia a la informalidad y menos costosa la seguridad social y las prestaciones.
“Se requiere elevar la productividad a largo plazo y para ello hay que invertir en la generación de conocimiento aplicable a la producción, pero sobre todo elevar la calidad educativa”, precisó.
Rodolfo de la Torre puntualizó que el mercado laboral está demandando mayores capacidades y niveles de escolaridad, pero no solamente de escolaridad nominal, sino de conocimientos efectivos que se apliquen a las actividades productivas.
“Es necesario que los profesionistas y en general los integrantes del sistema educativo nacional sigan preparándose, pero tengan la exigencia de una educación de calidad y por supuesto pongan de su parte para la adquisición de conocimientos útiles”, remarcó.
Respecto a los resultados de la estimación del nuevo índice de la Tendencia Laboral del Desarrollo Humano (ITLDH), dijo que sugieren que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de México aumentó 1.03 por ciento, entre 2012 y 2104, y explicó que lo anterior quiere decir que dicho factor creció 0.51 por ciento al año, en promedio.
Puntualizó que el ITLDH muestra la relación entre condiciones laborales y el bienestar de la población y, por primera vez, se asocia a la población ocupada y sus condiciones laborales al Índice de Desarrollo Humano.
Manifestó que dicha característica es útil, pues permite conocer la tendencia del IDH durante periodos en los que no se cuenta con información para calcularlo, por lo que es posible presentar la tendencia para 2014.
De la Torre señaló que el cálculo del ITLDH se concentra en las contribuciones al desarrollo de la proporción de población ocupada con respecto a la población total y de las características de su empleo con elementos que modifican la tendencia existente.
Más adelante, comentó que un elemento que se presenta en el Boletín 6 es el relativo al Índice de Competitividad Social que mide la capacidad de una sociedad para generar bienestar a través del trabajo, considerando las mismas dimensiones que el IDH, es decir, salud, educación e ingreso.
En este rubro, dijo que a escala nacional, el ICS aumentó 2.0 por ciento entre 2012 y 2014, no obstante este comportamiento no fue homogéneo. En 24 entidades, sobre todo en Baja California, fue de 7.2 por ciento; Coahuila, 5.5 por ciento, y Guanajuato, 5.3 por ciento.
Sin embargo en ocho estados se experimentó un deterioro en las condiciones laborales que captura el ICS, especialmente Michoacán con menos 3.8 por ciento; Chiapas, menos 3.0 por ciento, y Morelos, menos 1.7 por ciento.
El coordinador de la Oficina de Investigación del PNUD en México refirió que en materia de áreas metropolitanas también se mostró una mejora en competitividad social entre 2012 y 2014, en 25 de los 32 casos analizados, pero hubo siete donde se comprobó retroceso.
En cuanto a Movilidad en el Mercado Laboral, otro factor que también incide en materia de desarrollo humano, comentó que 7.9 por ciento de 20 mil trabajadores entrevistados por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo iniciaron 2014 con un trabajo informal y lo terminaron con uno formal, por ejemplo.
Lo anterior habla de que hay un proceso evidente, consistente y constante de interés por la formalización laboral en México, aunque aún es apenas el principio, pues el segmento de personas en el país que está en la informalidad es superior a 57 por ciento de las personas que realizan una actividad productiva.