A pesar de que los organismos nacionales e internacionales recomiendan que las políticas fiscales y el gasto público deben ser muy bien focalizados y planeados, pues ante la alta inflación podrían tener menos ingresos, el gobierno de México apuesta por todo lo contrario, dedicando más gasto a los programas sociales.
Información de transparencia presupuestaria muestra que los mayores incrementos se dieron en seguridad social y salud, fomento económico y medio ambiente, y trabajo y bienestar para todos, siendo entre los tres 41 por ciento del gasto programable.
Aquí es donde se ubican las becas del bienestar, las pensiones para adultos, entre otros apoyos que da el gobierno federal a la población.
El mes pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que en un contexto en el que los riesgos de recesión aumentan y es necesario contener la inflación, los países deben coordinar sus políticas monetaria y fiscal, e implementar incentivos fiscales y gasto público muy focalizado, solamente para proteger a los más vulnerables.
“Si queremos ayudar a la gente y luchar contra la inflación, debemos asegurarnos de que las políticas fiscal y monetaria vayan de la mano. Cuando la política monetaria pisa los frenos, la política fiscal no debe pisar el acelerador, eso sería un viaje muy peligroso”, aseguró la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
Por otro lado, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) indicó que también esto desincentiva a que las personas busquen empleo, pues con las ayudas que da el gobierno limita que quieran cubrir las vacantes laborales disponibles.
“Una hipótesis plausible para explicar este comportamiento es que los miembros de una buena cantidad de hogares perdieron los incentivos a ocuparse, al menos formalmente, debido a las transferencias directas que el hogar recibe vía los programas sociales del bienestar”, destacó el Ceesp en un reporte.
Advertencias
La organización México, ¿Cómo Vamos? advirtió que de materializarse las expectativas de crecimiento para 2023 del consenso de analistas consultado por el Banco de México (Banxico), la disminución de ingresos tributarios se estima en 75 mil 735 millones de pesos, monto que representa 0.26 por ciento del producto interno bruto (PIB) y 1.6 veces el presupuesto propuesto para la refinería de Dos Bocas en 2023.
En tanto, en caso de que la plataforma petrolera sea de mil 626 millones de barriles diarios como el promedio de los últimos años, la disminución de ingresos petroleros se estima en 120 mil 949 millones de pesos, o 0.44 por ciento del PIB, es decir, 85 por ciento del presupuesto del Tren Maya para 2023.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) resaltó que México implementó un mecanismo de estabilización del precio minorista del combustible para reducir las presiones de costos y respaldar el poder adquisitivo de los hogares, pero si bien sus estimaciones sugieren que esto está reduciendo la inflación entre 2 y 4 puntos porcentuales, el costo presupuestario asociado se estima en 1.4 por ciento del PIB en 2022.
Añadió que aunque la política fiscal sigue siendo prudente, continúa priorizando algunos programas sociales, en particular las pensiones no contributivas y los proyectos de infraestructura prioritarios en el sur del país.
En consecuencia, advirtió la OCDE, se espera que el déficit presupuestario aumente a 3.6 por ciento del PIB en 2023, desde 3 por ciento del PIB en 2022, y se espera que la medida oficial de la deuda pública se estabilice en torno a 50 por ciento del PIB.
(milenio.com)