» Corazón pulmonar

Esta nota fue creada el domingo, 20 noviembre, 2011 a las 22:30 hrs
Sección: La corazonada

Mientras jugaba un partido de futbol, Juan Carlos sentía que el corazón se le salía del pecho, pues sentía muy intensas sus palpitaciones. Empezó a agitarse al perseguir un balón que le habían enviado rumbo a gol y que falló, pues su respiración no le permitió culminar la jugada.

Cuando terminó su juego, su mejor amigo volvió a recordarle que debería acudir a un médico, pues a veces se le agitaba la respiración aún al caminar y por lo menos en dos ocasiones, se había despertado con una tremenda falta de aire y por las tardes notaba sus piernas muy hinchadas.

Tuve la oportunidad de revisar a Juan Carlos una tarde en que me consultó estos problemas y le hice ver que además de la hinchazón de las piernas, tenía los dedos y el rostro amoratados. Llevaba seis meses con este dato pero no le había dado importancia, puesto que él ya sabía que sus pulmones no trabajaban bien, ya que había nacido con un defecto en su columna, que estaba desviada y con una curvatura.

Le expliqué que su corazón era víctima de una gran presión en la arteria pulmonar, debido a la malformación de su columna y que estaba en riesgo de muerte, por lo que a la brevedad tenía que empezar un tratamiento altamente especializado. Su enfermedad era el llamado Cor Pulmonale Crónico. En menos de cuatro meses, Juan Carlos había podido regresar a su trabajo y se sentía infinitamente mejor.

El término Cor Pulmonale se refiere a una situación en la que el corazón es víctima de alguna enfermedad que provoca una severa elevación de la presión en los pulmones, lo que dificulta que el corazón pueda enviar la sangre desde el ventrículo derecho hacia los pulmones donde debe oxigenarse, por lo que de manera progresiva el corazón se pone grueso en sus paredes (decimos que se hipertrofia, término que quiere decir que el músculo cardíaco está más grueso por exceso de trabajo) y después se dilata.

Ya había mencionado que esto puede ocurrir en forma aguda con la tromboembolia pulmonar y ahora me estoy refiriendo a la forma crónica, que puede durar meses, antes de que el paciente caiga en la cuenta de su gran deterioro, como le pasó a Juan Carlos, que llegó a una etapa que iba a ser irreversible, provocando un bombeo insuficiente de la sangre.

El paciente muere irremediablemente en 6 meses a un año si no es tratado de manera adecuada y por un médico bien capacitado.

En condiciones normales, la presión pulmonar es de unos 30 milímetros de mercurio a nivel de las ciudades de la meseta central, ya que a nivel de la costa es aún menor. Con este nivel de presión, el corazón puede, con mucha facilidad y eficiencia, enviar la sangre pobre en oxígeno, que le llega de todo el cuerpo, hacia los pulmones para que se oxigene.

Esa sangre habrá de regresar al lado izquierdo (aurícula y ventrículo izquierdos) para ser enviada a todo el organismo. Dado que la enfermedad se caracteriza por una elevación de la presión pulmonar, la sangre no pasa de manera eficiente hacia los pulmones, por lo que se empieza a acumular en todas las venas, lo que hace que se dilate el hígado y se acumule líquido en diversas partes del cuerpo.

Cuando hay una gran acumulación, las piernas se hinchan completas, puede retenerse líquido hasta en los genitales, aparece líquido en el abdomen (la famosa hidropesía, que debe llamarse ascitis propiamente), en ambos pulmones y el paciente no puede dormir plano, ya que se ve precisado a usar tres o más almohadas. A este estado lo llamamos anasarca y es mortal si el paciente no recibe ayuda profesional precisa.

Las causas del Cor Pulmonale Crónico son múltiples. Las personas con obesidad mórbida, tienen una respiración muy superficial, muy difícil, por lo que oxigenan muy mal y desarrollan una enfermedad pulmonar restrictiva en la que la obesidad “restringe” la capacidad de los pulmones para realizar su función de manera adecuada.

Por otra parte, los fumadores desarrollan una enfermedad pulmonar obstructiva debido al tabaco, con lo que los bronquios de todos los tamaños se mantienen cerrados, dificultando la ventilación, lo que hace que no oxigenen bien y los lleva a la misma enfermedad.

Esto les ocurre también a los pacientes que padecen asma bronquial y enfisema, si bien la principal causa de este último problema es el mismo tabaquismo. Algunas personas tienen la presión pulmonar elevada desde su nacimiento y a los pocos años pueden desarrollar la enfermedad y tener incluso muerte súbita.

Es la llamada Hipertensión Arterial Primaria, que es de estirpe genética, por lo que podemos ver varios casos en la misma familia. Los pacientes que padecen enfermedades que son producidas por una respuesta inmunológica alterada también desarrollan esta enfermedad, ya que los anticuerpos que deben atacar a microbios o sustancias extrañas a las personas, se ponen a atacar a las células de la propia persona ¡un ataque que puede llevarlos a la muerte por varias causas!.

Estas enfermedades autoinmunes como el Lupus Eritematoso Sistémico pueden provocar lesiones de las arterias pulmonares que los puede llevar al Cor Pulmonale Crónico. En columnas futuras hablaremos de las enfermedades autoinmunes, ya que afectan al aparato circulatorio de varias maneras no sólo a través de la hipertensión pulmonar, por lo que reservo una mayor explicación para el futuro.

Los niños que nacen con un hoyo en el corazón, como expliqué en la columna correspondiente, deben ser atendidos, ya que si no corregimos este tipo de lesiones, habrán de desarrollar Hipertensión Arterial Pulmonar Secundaria por el gran flujo sanguíneo que reciben los pulmones al tener un defecto (un hoyo) dentro del corazón.

Con toda intención marqué varios conceptos en cursivas, pues los trataré en columnas futuras, en tanto espero que me contacten a través del blog o del correo para disipar sus dudas o responder a problemas específicos que ustedes o su familia tengan.

Hasta la próxima.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com





           



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