Uno de los problemas cardiológicos más frecuentes es la falta de aire. Tiene muchos orígenes y requiere atención profesional inmediata para definir la causa y ofrecer un tratamiento adecuado, ya que este síntoma puede estarte avisando de que tienes una enfermedad que amenaza tu vida. Este síntoma es llamado disnea, que literalmente significa “respiración difícil o diferente”.
Los pacientes que sufren de una obstrucción de las arterias coronarias y que por esto están en riesgo de sufrir un infarto, pueden estar sin molestia alguna, pero lo más frecuente es que presenten dolor de pecho característico, que es muy intenso, generalmente durante el esfuerzo y que cede con el reposo, se corre a la mandíbula y al cuello, además de que se acompaña de falta de aire, sudoración fría y náusea.
Este es el síntoma clásico de la amenaza de infarto, que conocemos como angina de pecho desde hace 200 años y que ocurre en un 80% de este tipo de pacientes.
Pero hay un grupo de personas cercano al 10% que sufren otros problemas como desmayos, arritmias o que sienten que se ahogan sin tener dolor de pecho. Estos síntomas son conocidos como equivalentes a la angina de pecho y con gran frecuencia, identifican a personas que tienen un mayor riesgo de muerte que aquéllos con angina de pecho clásica.
La falta de aire en este caso específico se debe a que las lesiones obstructivas de las coronarias son múltiples y ocupan también el tronco coronario izquierdo, la arteria coronaria que origina los dos vasos sanguíneos del corazón izquierdo, por lo que pone en riesgo una gran parte del músculo cardíaco que irrigan.
Ésta es la explicación de porqué estos pacientes no tienen dolor, ya que la mala función circulatoria les provoca una dilatación brusca del corazón durante la crisis. Me ha tocado tratar muchos pacientes de este tipo y les aseguro que son una verdadera urgencia y todo un reto para su estudio y tratamiento.
Otro grupo de pacientes que veo con frecuencia, es aquél que siendo de hipertensos ya conocidos, manifiestan que se ahogan con facilidad, al realizar esfuerzos mínimos y que no siempre sienten que le pasa. La mayoría de este tipo de personas se trata de enfermos de la presión que no han tenido un buen control, lo que ha hecho que el ventrículo izquierdo sufra de hipertrofia.
Esta palabra significa que las paredes del corazón izquierdo están más gruesas de lo normal, ya que tienen un grosor de 14 o más milímetros, cuando lo normal son 10 mm como máximo. Esto se debe a que el corazón ha trabajado por años contra una presión mayor a lo normal y dado que es un músculo, podemos decir que aumenta su grosor como lo hacen otros músculos muy trabajados como los de los levantadores de pesas.
El problema es que este crecimiento que llamamos hipertrofia, se acompaña de un aumento muy considerable del tejido fibroso, que es tejido de cicatrización, por ser un crecimiento anormal, se acompaña de una gran rigidez como consecuencia de lo mencionado.
Eso provoca que las personas sientan que se ahogan con esfuerzos cada vez menores. Por fortuna esta variedad de mala función cardíaca, que es conocida como disfunción diastólica, es reversible. Se le conoce como disfunción diastólica porque el corazón de estas personas bombea muy bien, ya que ejerce su contracción de manera más que eficiente, ya que la sístole es muy buena al tener un músculo potente, en tanto que la relajación en un ventrículo rígido no se puede llevar a cabo de manera correcta, por lo que el paciente se ahoga con los esfuerzos.
Me referiré ahora a los pacientes que más comúnmente sienten que se ahogan.
Son aquéllos que están en insuficiencia cardíaca por falta de un bombeo cardíaco eficiente, que son reconocidos por una disnea progresiva que hace que se ahoguen con esfuerzos cada vez menores, ya que tiene esa característica especial, de ser progresiva hasta llegar a presentarse con esfuerzos mínimos, incluso en reposo. Esta presentación del síntoma es particularmente peligrosa, pues cuando una persona sufre de ahogo estando dormido, habitualmente se trata de un paciente grave, con una enfermedad muy severa.
Si usted, amable lector, ha presentado una crisis de falta de aire estando dormido, consulte a la brevedad a su médico de confianza, ya que su vida puede estar corriendo verdadero peligro.
Este grupo de pacientes son los que más frecuentemente padecen este síntoma y médicamente son conocidos como enfermos de disfunción sistólica o más comúnmente, de insuficiencia cardíaca, una verdadera plaga de este siglo, ya que en el mundo hay unos 18 millones de muertos por año por enfermedades cardiovasculares y el infarto con insuficiencia cardíaca es una de las principales causas.
Los pacientes con arritmias también presentan este síntoma, que frecuentemente se asocia a una enfermedad valvular como la estenosis mitral, un estrechamiento de la válvula izquierda del corazón, debida a una inflamación con cicatrización progresiva, conocida como enfermedad reumática del corazón y que tratamos antes en esta columna.
Así pues, tener disnea es algo muy grave que obliga a buscar ayuda médica. “Siento que me ahogo” debe ser un dato de mucha alarma.
Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com
Hasta la próxima.