» AMLO en Nuevo León

>El “jale” que está teniendo Andrés Manuel López Obrador en Nuevo León, hasta hace unos años impensable, no puede entenderse sino como un reproche de una buena parte de la sociedad decepcionada por igual de gobiernos panistas y priístas.

López Obrador y Enrique Peña Nieto estuvieron ayer en Monterrey; el primero en la Macroplaza y en segundo en la Arena Monterrey.

El tabasqueño congregó a unos 8,000 neoleoneses, cifra inédita para un candidato de las izquierdas, en territorio que fue bastión del PAN hasta hace algunos años y ahora administra el PRI; Peña se reunió con unos 15,000 priístas que abarrotaron la Arena.

En el caso de López Obrador, llama la atención el hecho de que se haya hecho un lugar en el mercado electoral del norte del país, en donde el PRD no figuraba en los últimos años.

Lo curioso es que, antes de mudar a su faceta “amorosa”, el tabasqueño predicaba posiciones políticas y sobre todo económicas contrarias absolutamente a lo que aplica y predica la clase empresarial norteña, más precisamente de Nuevo León.

Pareciera que los empresarios regios que apuestan por el representante de las izquierdas –encabezados por Alfonso Romo, que vivió sus mejores glorias como empresario hace algunos ayeres-, le quieren cobrar una factura muy alta al PAN y al PRI, a quienes culpan de la grave situación de inseguridad que vive la entidad.

No deja de ser interesante que un izquierdista radical, convertido por obra y gracia de la elección presidencial en amoroso contendiente, demuestre algo de músculo en un estado en el que hace unos años abominaban su discurso y proyecto.

>Por cierto, Peña Nieto se comprometió en Monterrey a reforzar la seguridad, a fortalecer el abasto de agua potable para todo el estado, que es uno de sus mayores problemas, y a la construcción de las líneas 3 y 4 del Metro.

Los compromisos son los primeros que un candidato presidencial hace al estado sobre problemas específicos.

Peña privilegió, sin duda el discurso de los compromisos pero en el evento dio una muestra de lo que será el endurecimiento de sus posiciones al criticar las políticas públicas del gobierno federal que, dijo sumaron en los últimos años a 12 millones de mexicanos a la peor de las pobrezas, que es la alimentaria.

>Mucho trabajo tendrá esta semana el secretario de Educación, José Ángel Córdoba Villalobos, luego de que la presidenta del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo, mandara al diablo la evaluación de los docentes.

Evidentemente la decisión del SNTE es un posición para la negociación, mezquina evidentemente porque tiene fines electorales, pero representa una dura prueba para Córdoba que tiene fama de buen negociador.

Pero a ver cómo le va con los profesores que de entrada amenazan con llegar al Zócalo del DF en los próximos días para “protestar” por la “diabólica evaluación”.