» Escándalo en Petrobras: “Operación Lava Jato”, año uno

Esta nota fue creada el domingo, 15 marzo, 2015 a las 23:23 hrs
Sección: El mundo

Brasilia.- “Nelma Kodama, cambista de Sao Paulo, se había librado de la ‘Operación Banestado’ sobre lavado de dinero involucrada en el escándalo de corrupción de la empresa petrolera Petrobras, porque fue la única persona a quien su novio Alberto ‘Beto’ Youssef no delató”, explica Márcio Adriano Anselmo.

Anselmo, comisario de la Policía Federal, define las claves que llevaron al descubrimiento del mayor escándalo de corrupción que haya conocido Brasil en su historia reciente, debido a la aparición de Yousseff, cambista de la misma ciudad con antecedentes penales.

“Nelma –dice Anselmo- siempre movió grandes cantidades de dinero de comerciantes importadores y exportadores; pero hasta aquel momento había logrado librar problemas y se consideraba inalcanzable”.

“Éramos un equipo pequeño, aunque seguimos las pistas”, recuerda otro agente; sin embargo, faltaban las pruebas y era posible que se convirtiese en un caso mayor de lo esperado.

Entonces, en enero de 2014, apareció por primera vez la palabra “Petrobras” en el expediente llamado “Lava Jato”, cuya investigación se abrió tres meses después, el 17 de marzo.

Y fue por casualidad, por un regalo, debido a que los agentes policíacos comprobaron que Youssef acababa de comprar un automóvil de lujo en 115 mil dólares, a nombre de Paulo Roberto Costa, exdirector de Abastecimiento de la petrolera estatal.

“Nos pareció extraño -afirma uno de los agentes federales-, pues el salario de un director de Petrobras no puede superar los 40 mil dólares, y fue ahí cuando comenzó a subir la temperatura de verdad”.

Anselmo recuerda que el fallecido diputado del Partido de los Trabajadores (PT), Alberto Janene, socio de otro cambista, Carlos Habib Chater, había sido el responsable de colocar a Costa al frente de la dirección de Abastecimiento de Petrobras en 2004.

Y así, los policías federales ampliaron su campo de acción: “Investigamos a otras personas y comprendimos que podía tratarse de un caso histórico”, añade Márcio Anselmo.

El coche regalado por Youssef a Costa se “justificaba” por el pago de “servicios de consultoría”, con miles de facturas por ese concepto, de modo que en pocas semanas salió a la superficie una gigantesca máquina de lavado de dinero.

Los presuntos sospechosos transferían grandes sumas de dinero al extranjero, a través de una red de más de cien empresas “fantasmas” y centenares de cuentas bancarias que despachaban millones de dólares a China o Hong Kong.

Aplicando “cosmética financiera”, simulaban importaciones y exportaciones con el fin de recibir o mandar dinero, sin comerciar ningún producto o servicio, y fue entonces que las autoridades judiciales calcularon que las cantidades de dinero desviadas ilegalmente ascenderían a miles de millones de dólares.

Hacia fines de 2014, avanzada la investigación y detenidos Paulo Roberto Costa y numerosos empresarios involucrados en el esquema de corrupción, el cálculo era de cuatro mil millones de dólares, provenientes principalmente de contrabando de drogas, diamantes y desvío de recursos públicos.

En este caso, como se descubriría después, se trataba de obras contratadas por Petrobras a grandes empresas constructoras y de ingeniería con presupuestos millonarios, que se desviaban en sobornos en un porcentaje mínimo del 3.0 por ciento.

Posteriormente, independientemente del origen del dinero lavado, éste se introducía nuevamente en el sistema, invirtiéndolo en gasolinerías, hoteles o restaurantes.

La prensa de Brasil no se atrevía a mencionar aún la palabra “Petrobras” en sus notas informativas o artículos editoriales y solamente apareció cuando Paulo Roberto Costa fue arrestado tras comprobarse que estaba destruyendo documentación sobre su larga relación con Alberto Yousseff.

Ambos llegaron a un acuerdo de colaboración con la Justicia y se convirtieron en delatores a cambio de una reducción de la pena y ahí fue cuando el caso explotó en serio, refiere Márcio Anselmo.

Los tres policías asignados para investigar el asunto de Petrobras y con la “Operación Lava Jato” en marcha desde el 17 de marzo de 2014, pasaron a ser quince: cinco comisarios y diez agentes.

La investigación adquirió proporciones nacionales e internacionales, convirtiéndose así en un caso de alcance mundial y en un gigantesco asunto, con sospechas crecientes sobre la implicación de altos funcionarios empresariales y políticos que eran citados en los testimonios de Yousseff y Costa, la pareja de “arrepentidos”.





           



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