Cientos de migrantes de África, Haití y Venezuela comenzaron este fin de semana a desplazarse del Istmo de Tehuantepec hacia la costa de Oaxaca para transbordar en Huatulco o en Pochutla y continuar su recorrido hasta la frontera norte de México.
“Llegaron más o menos alrededor de mil migrantes haitianos, porque casi venezolanos no están pasando. Del Istmo, en Salina Cruz está la terminal a reventar de haitianos”, dice a MILENIO Abundio Vásquez, empleado de la llamada “central camionera”, en el sector T, de Santa Cruz Huatulco.
Hace tres días esta terminal pública, utilizada por concesionarios del transporte en autobuses, unidades tipo Urban, taxis y camionetas de pasaje y carga, comenzó a llenarse de migrantes.
“Unos vienen caminando por la carretera federal 200, hay unos que les echan raid, hay camionetas que les cobran 50, 100 pesos por traerlos, vienen, ora si que, de pueblo en pueblo”, dijo
Abundio considera que algunos migrantes permanecerán dos o tres días en la terminal por las dificultades de encontrar transporte para llegar a Pochutla, distante a solo 40 kilómetros de Huatulco, y de ahí a la Ciudad de Oaxaca o la capital mexicana
La empresa Altamar les vende boletos directos a la Ciudad de México pero sólo tiene una corrida al día que ahora sale saturada de haitianos. Y los choferes de Transportes Rápidos de Pochutla se niegan a llenar sus unidades tipo Urban de migrantes para evitar problemas con personal del Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional que, aleatoriamente, instala un filtro de revisión en la carretera federal 200, frente a la Universidad del Mar campus Huatulco.
En su mayoría son varones, jóvenes, algunas mujeres con pareja y unas más con hijos, que esperan sentados o recostados dentro de la nave principal, en el corredor y bajo la sombra de los árboles que rodean el amplio patio de maniobras de la terminal, para protegerse del sol y de 32 grados centígrados a las dos de la tarde.
“Lo que me han dicho es que están esperando de aquí a Pochutla para seguir su camino. Muchas personas vienen como que perdidas porque no saben cómo es la vida aquí en México”, dijo Joan, un venezolano de 29 años, uno de ellos radicando en Santa Cruz Huatulco, después de intentos fallidos por ingresar a Estados Unidos.
—¿Por qué se está dando este flujo ahora del Istmo de Tehuantepec hacia la costa de Oaxaca? — , se le pregunta.
“Por lo que tengo entendido es que les están cobrando piso por el lado de Veracruz, están cobrando por caminar por esos lados, o las camionetas están cobrando el triple de lo que se cobra normalmente de pasaje”, describió este migrante venezolano que hace un año decidió emplearse en Huatulco.
“A los haitianos les están cobrando desde 100 a 200 dólares por persona”, dice.
Joan aseguró que él se acercó al grupo para apoyar a sus compatriotas y a las demás personas diciéndoles cómo tienen que seguir su camino para no correr ningún peligro.
Por el momento es un flujo de casi mil 800 migrantes avanzando por la costa de Huatulco y que se trata de gente que busca llegar a Estados Unidos y también pretende trabajar en México, dijo Joan. “Unos van para Monterrey, otros van para Juárez, para Guadalajara, a quedarse, porque ya me han dicho que ya no quieren llegar a Estados Unidos”.
Por su parte, Abundio Vásquez dijo que en la central camionera están preocupados por el incremento de la migración que se avecina y los problemas que ya empiezan a generarse con los usuarios habituales por la saturación de corridas y baños, las riñas o discusiones suscitadas por boletos o por el control de contactos eléctricos para cargar sus teléfonos, así como por el incremento de la basura en todas sus instalaciones.
“Ellos mismos no quieren decir cuántos vienen pero escuché hace unos días que venían ocho mil migrantes haitianos en camino hacia la costa”, aseguró Abundio.
Tanto él como Joan coinciden que al menos en Huatulco los migrantes se han encontrado con buenas personas. “No son como en otras partes de México que no ayudan y no saben el esfuerzo que uno viene pasando”, aseguró Joan.
“Estamos agradecidos con las personas que están trayéndoles comida. La presidenta del DIF vino y les regaló comida. El contador Giral también vino hace rato y les regaló comida. También el amigo Rey del Mar les trae café en las noches, en las mañanas, les trae comida, les trae cenas. Que bueno que haya personas que tienen el corazón grande para apoyar a los migrantes”, dijo Abundio.
(milenio.com)