» Revisar modelo económico, central para un desarrollo sostenible

Esta nota fue creada el domingo, 28 junio, 2015 a las 19:47 hrs

La encíclica que publicó el Papa Francisco sobre el cambio climático aborda temas que las grandes economías y empresas ya discuten en este momento, afirmó la directora del Instituto Global para la Sostenibilidad del Tecnológico de Monterrey, Isabel Studer.

Recordó que 2015 marca la fecha límite que los gobiernos y Naciones Unidas fijaron para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y ahora se encuentran definiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible para los próximos 15 años.

Entre los puntos centrales de las metas hacia 2030 destaca erradicar la pobreza en todas sus formas, poner fin al hambre, conseguir seguridad alimentaria y una mejor nutrición, promover la agricultura sostenible y garantizar una vida saludable, entre otros.

La especialista dijo que un modelo de desarrollo sostenible implica una visión que considere aspectos económicos, sociales y ecológicos al mismo tiempo, que además utilice los recursos naturales para generar un bienestar económico y en todas las comunidades.

En ese sentido, apuntó que la encíclica del Papa recoge conceptos de desarrollo sostenible para encontrar un equilibrio que satisfaga las necesidades inmediatas de los seres humanos de manera comprensiva, sin poner en riesgo las necesidades de las futuras generaciones.

Y es que una de las problemáticas actuales es cómo hacer que los modelos de desarrollo económico incluyan la esfera social, y que las empresas integren estándares de protección laboral, derechos humanos, medio ambiente y esquemas de gobernanza que permitan tener paz mundial.

“Esta es la discusión hoy, revisar el modelo económico porque las empresas se dan cuenta de que están acabando con los recursos del planeta, pero también de la dificultad de hacer crecer los mercados, porque cada vez hay más poblaciones sin poder adquisitivo”.

Al respecto, Isabel Studer refirió que se necesita un sector privado que invierta en nuevas tecnologías y en la transición energética, que es uno de los aspectos que más afecta al medio ambiente, y que lo vean como un área de oportunidad para la generación de empleos.

“Es difícil desde el punto de vista del Estado decir: vamos a tener instituciones globales que obliguen a eso; y si bien es un componente, en la medida en que el sector privado no vea las oportunidades de nuevos negocios a través de la transición energética, difícilmente vamos a ver cambios”, apuntó.

Ello, porque los gobiernos difícilmente tienen esos recursos y en países en vías de desarrollo, como es el caso de México, no se tiene ni el dinero ni se cuenta con la infraestructura para hacerlo, ya que el sistema ha dependido históricamente del petróleo.

“Es un tema de voluntad, pero también de recursos, los cuales deben de venir del sector privado. En ese punto no estoy de acuerdo con la encíclica, que se centra en un cambio ético y moral, pues necesitamos un sistema con incentivos para que el capital ponga a trabajar esas nuevas tecnologías”, argumentó.

Aunque reconoció que el sistema capitalista actual no ha funcionado, pues la crisis que se enfrenta, tanto social, climática, como de gobernanza, va de la mano con el sistema que no ha atendido los temas de pobreza y de mantener una armonía ecológica.

“Por el contrario, estamos acabando con los recursos naturales y generando más desigualdad. Estudios que han salido en los últimos años muestran que la situación es peor en cuanto a distribución de riqueza y está teniendo una incidencia en la capacidad de las economías más importantes de seguir creciendo”.

Si a lo anterior se suma al tema tecnológico y al desempleo significativo en muchas partes del mundo, es difícil visualizar un futuro sostenible si tampoco se hace una revisión de cuáles aspectos se tienen que cambiar del sistema para potenciar el desarrollo en sí, argumentó.

Por otra parte, refirió que el tema de la carencia de recursos naturales y el cambio climático es un problema que involucra a toda la sociedad y necesita un cambio fundamental, ya que no hay una solución, sino un conjunto de soluciones para lograr una verdadera transformación.

En ese sentido, dijo que un aspecto relevante de la encíclica es el llamado a los ciudadanos para que exijan ese cambio a las autoridades en todos los niveles, a través de ciudadanos más activos y comprometidos que se sienten parte de la solución.

Por lo que el aspecto tecnológico también puede ser un instrumento para que los ciudadanos sean parte de la solución, y a pesar de que en el fondo la tecnología no va a detonar el cambio ético del que habla, puede ser una de las vías para una transformación, consideró.

La encíclica sobre el cambio climático es un documento histórico y es la primera vez que un Papa toca este tema desde una perspectiva moral, ética y teológica sobre la importancia de la preservación del capital natural y del medio ambiente.

Además, refiere, busca darle un fundamento moral y viene a reforzar muchas de las conclusiones a las que ha llegado la comunidad científica en torno a este tema, pues dice que en efecto hay un deterioro a causa del hombre.

“Es un posicionamiento político importante, porque hace un llamado a revisar los modelos de desarrollo económico y a tener una reflexión del sistema capitalista para que se centre más en la sustentabilidad y en cómo reducir estos impactos que ya están teniendo efectos en las poblaciones”, añadió.





           



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