» La lucha de las mujeres contra el colesterol

 Las políticas públicas en relación a la salud de las mexicanas, han permanecido equivocadas. Aunque ya hay algunos intentos por mejorar la prevención de las principales causas de muerte en las mujeres de México, las estadísticas muestran poca o ninguna mejoría.

Es cierto que se han iniciado nuevos programas preventivos con orientación hacia las mujeres,  pero año tras año, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la causa número uno de mortalidad entre las mexicanas.

Las declaraciones más recientes, han establecido que la diabetes mellitus tipo 2 es la causa número uno de mortalidad en nuestro país, tanto en hombres como en mujeres, pero eso no es cierto.

La diabetes de este tipo, es un padecimiento hereditario, pero claramente asociado a nuestra forma de comer y a la obesidad, donde nuestro país tiene un grave problema al ocupar uno de los dos primeros lugares del mundo.

Deseo aclararles que la diabetes puede provocar la muerte directamente, por ejemplo en un paciente que cae en coma, ya que la enfermedad puede producir varios tipos de coma que pueden ser mortales. Pero esto es lo raro, ya que la inmensa mayoría de los diabéticos no presentan esta situación y al paso de los años, serán la insuficiencia renal y las complicaciones cardiovasculares las que ocasionen la muerte.

La diabetes es una enfermedad que daña directamente los vasos sanguíneos, pues acelera el desarrollo de placas de ateroma, es decir, favorece de manera directa a la ateroesclerosis que es un problema de todos los vasos sanguíneos. Por eso hay que amputar a los pacientes, por eso tienen enfermedades vasculares del cerebro, así como infartos del corazón.

En una estadística del Centro Médico Nacional, que involucró a casi diez mil pacientes que ingresaron con infarto, de manera consecutiva, el 38% tenía diabetes mellitus y casi la mitad eran precisamente mujeres. De este gran total de pacientes, el 60% tenía el colesterol alto.

La Secretaría de Salud publicó en marzo del 2013, que las enfermedades del corazón son la segunda causa de muerte en mujeres y justamente, estableció a la diabetes en el primer lugar. Sin embargo, los invito a revisar la estadística y se van a quedar sorprendidos, de acuerdo a las cifras que les comento.

Miren ustedes, si sumamos  los casos de enfermedad cardíaca (como infarto e hipertensión), de enfermedades cerebrovasculares (como las famosas embolias) y los casos de enfermedades de la aorta y otras arterias periféricas (como las que ocasionan amputaciones y gangrena) veremos con sorpresa, que juntas representan el 80% de las muertes en nuestras mujeres, sobre todo en quienes se encuentran arriba de los 50 años.

La razón de esta variable, es que las mujeres gozan de cierta protección hormonal antes de la menopausia, de tal manera, que aunque sean diabéticas, fumadoras e hipertensas, tienen tres veces menos infarto que los hombres. Pero al llegar al climaterio, casi se igualan a los varones en la frecuencia de muerte de origen cardiovascular.

Se considera que el 44% de las mujeres mayores de 30 años tienen el colesterol arriba de la cifra normal, que es de 200 mg de colesterol total. Además el 54% tienen el HDL-colesterol (el llamado “colesterol protector”) por debajo de 40 mg por cada 100 ml de sangre, una cifra muy inferior a la de los estándares internacionales.

Es importante que ustedes, amables lectores, tengan muy claro que las enfermedades cardiovasculares tienen múltiples causas. Está bien definido que la ateroesclerosis es una enfermedad multifactorial y el colesterol es uno de los factores de mayor peso.

Las mujeres fumadoras, sedentarias, obesas, con diabetes mellitus tipo 2 y con hipertensión arterial sistémica, están muy expuestas a desarrollar una enfermedad cardiovascular mortal, pero además, este riesgo casi se triplica al llegar a la menopausia.

Está perfectamente definido que el vector más importante para evitar estas enfermedades es lo que conocemos como “cambio del estilo de vida”.

Sin lugar a dudas, el abandono del tabaquismo, la pérdida de peso, el ejercicio aeróbico moderado cotidiano, el control médico de la diabetes y la hipertensión aunado a una dieta adecuada, elevará las perspectivas de vida de todas las mujeres.

La dieta debe destacarse de manera especial, ya que existen alimentos específicos que mejoran el pronóstico de vida de quienes ya tienen una enfermedad cardiovascular y la previenen en mujeres que aún no han enfermado.

El consumo a través de la dieta, de betacarotenos, de ácidos omega 3, 6 y 9 y de fitoesteroles, es un pilar para prevenir la enfermedad cardiovascular y para mejorar el pronóstico de vida de las mujeres que ya han enfermado, pues les evita un nuevo evento cardiovascular.

Los betacarotenos los consumimos en todos los alimentos vegetales, como frutas y verduras de todos los colores. Los ácidos grasos esenciales los podemos recibir de diversas semillas oleaginosas, del pescado, del aceite de oliva que debemos consumir crudo y del aceite de canola y de soya que de preferencia debemos usarlo para consumir alimentos fritos.

Los fitoesteroles son una grasa sorprendente, pues su consumo disminuye hasta en un 80% la absorción del colesterol; los fitoesteroles son la grasa vegetal, así como el colesterol es la grasa animal, por lo que debemos consumir frutos, hojas, raíces y verduras de todo tipo, para aumentar nuestro consumo de fitoesteroles, que son tan magníficos, que en varios países y por fortuna, ya en México, existen alimentos adicionados con fitoesteroles para aumentar sus beneficios contra enfermedades cardiovasculares.

Puesto que en la inmensa mayoría de los hogares mexicanos, es la mujer la que decide que habrá de comer la familia, es muy importante que las mujeres mexicanas conozcan estos beneficios, pues de otro modo, la estadística seguirá siendo la misma: la principal causa de muerte entre las mujeres, son las enfermedades cardiovasculares.

Causan una mortalidad casi quince veces superior al cáncer de mama y de cuello de útero, juntos. Algo que sin duda, nos debe motivar para cambiar nuestro estilo de vida.

Hasta la próxima.