» Llevar un papelito a la consulta

Los médicos utilizamos dos herramientas básicas para establecer el diagnóstico de un paciente. De hecho, la palabra diagnosis es latina y tiene dos raíces: dia que quiere decir “a través de” y gnosis que significa “conocimiento”. Por lo tanto, el concepto de diagnóstico es definir lo que aqueja a una persona a través del conocimiento.

Analizar la información que los médicos obtenemos al preguntarle sus molestias a los pacientes nos ofrece la primera herramienta del diagnóstico: los síntomas.

Cuando durante la consulta revisamos al paciente, le tomamos el pulso, la temperatura, la tensión arterial y les oímos el pecho, el abdomen y les palpamos diversas partes del cuerpo, obtenemos otra información conocida como signos físicos. Estas dos herramientas constituyen la base de la toma de decisiones que debemos efectuar para ayudar a los pacientes.

A veces requerimos de utilizar algún estudio a manera de ayuda para el diagnóstico, como radiografías, análisis de laboratorio, ultrasonidos diversos y otros más que hemos analizado en esta columna, pero las bases del diagnóstico  siempre serán los síntomas y los signos.

Precisamente quiero hablarles hoy de un signo físico conocido como “el papelito de Charcot”.  Este afamado psiquiatra y neuropatólogo francés consideró hace más de cien años que si un paciente llegaba a consulta con un papelito en el que había escrito sus síntomas, sin duda era una persona neurótica, con tendencia a ser hipocondríaco y por lo tanto, poco confiable al interrogatorio.

Amén.

La influencia de Charcot era enorme. Freud fue su alumno directo, como lo fueron cientos de destacados científicos de la época, así que por varios decenios, esta opinión permeó entre los médicos y con esto, muchos pacientes no recibieron la atención correcta, pues si llevaban un papelito a la consulta, automáticamente eran calificados como poco confiables en el  interrogatorio de sus síntomas.

Varios signos físicos llevan el nombre del Dr. Jean-Marie Charcot, lo que muestra que su influencia fue muy considerable en la Medicina en todo el mundo.

Por ejemplo, cuando una persona tiene una parálisis en la cara, lo cual es debido a una lesión transitoria del nervio facial, se le desvía la boca hacia el lado no paralizado y no puede cerrar el ojo. Cuando intenta cerrarlo, se le eleva la ceja de ese lado, signo físico que precisamente recibe el nombre de Charcot.

También se conoce con este nombre al temblor de las manos que es provocado por una enfermedad del tiroides, conocida como bocio exoftálmico, padecimiento que hace que los ojos del paciente sean anormalmente saltones. Por lo menos hay otros diez signos físicos que llevan su nombre y su descripción escapa al propósito de esta columna.

Fue hasta principios de los años noventa cuando el concepto básico del Signo del papelito de Charcot, cambió rotundamente. Un grupo médico en Suiza, comparó los resultados a largo plazo, de un centenar de pacientes que acudían a consulta médica periódica para el control de su enfermedad, con un papelito donde anotaban sus síntomas, le presentaban preguntas específicas a sus médicos y apuntaban las respuestas recibidas y las instrucciones que les habían dado.

El papelito había sido sugerido por sus médicos en la primera consulta y al comparar estos resultados con los obtenidos en otro grupo similar, pero que no anotaba sus preguntas ni las respuestas o instrucciones recibidas pues no llevaban un papelito para este fin,  notaron que la evolución de este último grupo había sido más tórpida, con varias complicaciones asociadas a instrucciones que no se habían entendido de manera adecuada.

Otro aspecto interesante al comparar los dos grupos, es que quienes no utilizaban el papelito, hacían tres veces más llamadas telefónicas a sus médicos para hacer aclaraciones, lo que influía negativamente en varios sentidos sobre la atención médica que recibían.

De manera personal, yo invito a mis pacientes a usar este recurso y jamás califico como histéricos o hipocondríacos, a los pacientes que por primera vez acuden a consulta con un papelito en la mano, pues los médicos atendemos a pacientes de todas las edades, niveles sociales y grados escolares.

De manera que las personas de mayor edad, por ejemplo, requieren del apoyo de un papelito con sus síntomas anotados, para no olvidar cosas que quieren preguntarle a sus médicos, además de que quieren facilitar la labor médica, cosa que saben que habrá de beneficiarlos directamente, pues presentan su problema de manera organizada y reciben mejores consejos médicos.

Otro ejemplo, son las personas sumamente organizadas, que quieren brindar toda la información posible y que no sólo llevan un papelito con sus síntomas, sino que utilizan algunos medios electrónicos en su consulta, en los que presentan gráficas con su peso, su temperatura o su presión arterial, pues ahora hay aplicaciones que dan esta información directamente desde un teléfono, con diversas aplicaciones de la red de Internet. Algunos pacientes de este tipo, ya habían consultado enciclopedias médicas y hasta se han realizado algunos exámenes.

Esto último yo no lo recomiendo de ninguna manera.

Así pues, el Signo del papelito de Charcot dejó de ser un dato a favor de un paciente con desequilibrio emocional y hasta histérico, para ser un elemento útil en la consulta médica.

Los invito a que reflexionen sobre el aspecto que hoy analizo para ustedes y si estuvieran de acuerdo conmigo, acudan a su médico con toda la información posible, organizada y preséntenla de la mejor manera posible. El único beneficiado será usted mismo, amable lector.

Hasta la próxima.