» Los estudios que realizamos a los enfermos del corazón

Esta nota fue creada el domingo, 29 julio, 2012 a las 23:30 hrs
Sección: La corazonada

Los nombres técnicos de diversos estudios son francamente un trabalenguas, por lo que me pareció muy adecuado desarrollar en la columna de hoy, una reseña de los principales exámenes que les realizamos a los pacientes cardiópatas.

Lo primero que conviene que ustedes sepan, es que los dividimos en invasivos y no invasivos, dependiendo de que se requiera introducir algún dispositivo hasta el corazón para poder estudiarlo.

El estudio invasivo por antonomasia es el cateterismo cardíaco, en el cual se introduce un catéter al corazón, que consiste en un tubo delgado y largo de diversos materiales plásticos y a través del cual se pueden realizar diversos estudios, como el ultrasonido intracardíaco,  la angioscopía, la electrofisiología y varios más que analizamos en esta columna el 11 de Septiembre del año pasado, en tanto que todos los demás estudios son considerados no invasivos y empezaremos el análisis con ellos.

El electrocardiograma es el estudio más común y lo incluimos siempre en la consulta habitual. Es un análisis en papel de la actividad eléctrica del corazón y brinda información sumamente valiosa en pocos minutos. No provoca ninguna molestia y es sencillo de realizar. Informa sobre arritmias, crecimientos de cavidades del corazón, defectos en los electrolitos de la sangre, defectos congénitos del corazón, así como del estado de las coronarias de un paciente.

La radiografía del tórax es otro estudio complementario muy útil, con el que se cuenta hace más de cien años, cuando se desarrollaron los rayos X o Roentgen, en honor a su descubridor.

Implica una breve exposición a radiación, por lo que no es peligroso su empleo y brinda información sobre el grado de crecimiento cardíaco, anormalidades de los grandes vasos del corazón como son la aorta y la pulmonar, así como el estado de los pulmones, lo que permite identificar tumores, trombos pulmonares, lesiones de los músculos diafragmáticos, el estado de la circulación pulmonar, de las costillas, de las pleuras y mucho más.

En los enfermos de una válvula cardíaca, usamos tres radiografías tomadas desde derecha e izquierda y una más desde la espalda. Es lo que se conoce como una serie cardíaca.

El ecocardiograma consiste en obtener imágenes del corazón mediante ultrasonido. Se utiliza una pieza de cuarzo sintético que vibra a gran velocidad mediante energía eléctrica, generando ondas de sonido inaudibles para el oído humano, ya que tienen una frecuencia superior a los 22 000 ciclos por segundo y por ello son conocidas como ondas de ultrasonido o US (“ultra: más allá de”).

El mismo transductor de US que posee el cuarzo, recoge las ondas que rebotan con el corazón y los convierte en imágenes en tiempo real, es decir, los eventos cardíacos son registrados en el mismo momento que están ocurriendo. Esto es semejante al Sonar de los barcos y a la ecolocación que han desarrollado animales como los delfines y los murciélagos.

Normalmente se practica desde el tórax y en reposo, pero puede efectuarse durante el esfuerzo del paciente, por ejemplo caminar o en bicicleta, además de colocar el transductor en una delgada sonda que se mete por la boca rumbo al esófago, ya que así queda a dos centímetros del corazón lo que permite mayor precisión, necesaria para ciertos padecimientos cardiológicos.

Se puede desarrollar un esfuerzo muy considerable con medicamentos que son aplicados por la vena del paciente, mientras se registran las imágenes desde varios ángulos. El más común de estos estudios de esfuerzo es conocido como Eco-dobutamina y es un gran aliado para estudiar enfermos de angina de pecho.

Hay una docena de estudios cardiológicos con radionúclidos, un trazador nuclear artificial, que inyectado al corazón a través de una vena, proporciona muy valiosa información sobre el músculo cardíaco. Me referiré sobre todo al Talio201, que ha sido usado por casi 30 años para identificar pacientes en riesgo de tener un infarto del miocardio.

Es un estudio muy seguro, a pesar de que usa radiación ionizante, pues la cantidad aplicada es muy baja. Por la dinámica que tiene el Talio, se requiere inyectarlo al terminar de hacer una prueba de esfuerzo convencional para tomar imágenes inmediatas y a las 4 horas. Tiene una seguridad del 97% para definir que un paciente tiene la necesidad de un cateterismo cardíaco.

La Resonancia Magnética Nuclear (RMN) tiene unos 20 años de uso, pero en México lleva menos de la mitad por lo que no está tan difundida. Emplea un equipo con grandes magnetos, lo que permite obtener imágenes de tejidos blandos como el corazón y los vasos sanguíneos, de hecho proporciona información del interior de los vasos, algo sumamente novedoso y muy valioso.

Está contraindicado en personas con marcapasos cardíacos o grandes stents en los vasos sanguíneos. Aunque es un estudio muy seguro, es frecuente que los pacientes manifiesten gran inquietud por permanecer más de una hora dentro de un equipo que les provoca claustrofobia. En la Figura 1 pueden observar una imagen estática de RMN, pues la información puede ser dinámica, del flujo cardíaco, del estado del músculo cardíaco y de las cavidades.

La Tomografía Axial Computada (TAC) del tórax, usa Rayos X para obtener imágenes. Tomé significa corte, por lo que una tomografía, es una imagen de un segmento pequeño del corazón, como si hubiéramos hecho una rebanada del órgano, de tal manera que podemos analizar tanto el exterior como el interior del corazón. En la Figura 2, les muestro una imagen clásica del corazón en una TAC.

Es un estudio seguro, si bien utiliza radiación ionizante por lo que procuramos no repetirla al menos por seis meses.

Espero que esta reseña les haya sido útil y los invito a seguir en contacto.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com

Hasta la próxima.





           



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