» Confia Bucío que combate a discriminación no sufra retroceso

En México aún es necesario desmontar un sistema de privilegios profundamente arraigado en la cultura nacional, pese a los rápidos y profundos cambios legales que México ha experimentado en los últimos 15 años en el combate a la discriminación, dijo Ricardo Bucio Mújica.

El titular del Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación (Conapred) agregó que es optimista respecto a que el esfuerzo para erradicar la discriminación no sufra retrocesos en el futuro.

En ocasión del 15 aniversario de la promulgación de la Ley Federal para Prevenir y Erradicar la Discriminación, explicó que se trata de un paso más en la línea de lo que ha venido ocurriendo desde la década de los 90 en el respeto a los derechos humanos en general.

Recordó que en el año 2000 se estableció en la Constitución la prohibición de discriminar, y así se han ido estableciendo legalmente protección a grupos vulnerables como mujeres, indígenas o personas de la tercera edad, además de legalizar los matrimonios igualitarios.

Todos son avances muy importantes porque, incluso, 29 estados tienen leyes contra la discriminación, 20 han modificado sus constituciones y 15 códigos penales ya penalizan la discriminación.

Aunque esos son avances muy importantes que obligan a la autoridad a conducirse con respeto a los derechos de las personas, con inclusión y sin prácticas discriminatorias, es un hecho que persisten ejemplos brutales de discriminación, especialmente contra grupos indígenas.

Eso se debe, aclaró Bucio Mújica, a que más allá de los cambios legales es necesario desmontar un sistema de privilegios arraigado por siglos en la cultura nacional.

Por ejemplo, hay privilegios de los hombres sobre las mujeres, de las personas con plena salud sobre los discapacitados, de los mestizos sobre los indígenas y de los nacionales sobre los extranjeros.

En todos estos casos se han dado cambios legales que ya empiezan a permear en lo cultural, prueba de ello es el matrimonio entre personas del mismo sexo, hoy legalmente establecido en la mayoría de los estados y que hace 10 años era inimaginable.

El titular de la Conapred advirtió que aunque siempre habrá reacciones de quienes no quieren modificar estas prácticas, el avance es real.

Hoy día, dos terceras partes de la población dice no tener problema con que personas del mismo sexo se casen, y eso implica un cambio cultural profundo e importante, resaltó.

Comentó que es optimista respecto al avance en esta lucha contra la discriminación porque se trata de un valor de la democracia, y hoy por hoy no se ve que nadie quiera sustituir el cauce democrático (con todo y sus retos) por un sistema autoritario que limite libertades.

Aun así, hay una responsabilidad directa de las autoridades para no discriminar (por ejemplo en la atención médica a mujeres indígenas), que deben modificar su forma de trabajo con mejores leyes y protocolos.

Pero también con un cambio de cultura y valores personales, en donde no se admitan acciones discriminatorias, enfatizó.

“A la sociedad le toca no aceptar ni ejercer la discriminación, incluso en el ámbito privado. Por ejemplo, no se vale que los empleadores impongan condiciones discriminatorias para obtener un puesto, aunque se trate de una empresa privada.

A las autoridades les toca contribuir a que las instituciones y su personal combatan con eficacia la discriminación, a través de políticas públicas correctas y de un cambio cultural en cada servidor público”, expuso.

Concluyó que en todo caso, hay una tendencia a mayor respeto a la igualdad, que finalmente es una aspiración básica de la democracia.