» Reciben a Peña Nieto en recinto medieval con ceremonial completo

Londres.- El inmueble comenzó a ser construido originalmente en 1411. Fue devastado por un incendio en 1666 y reconstruido, pero luego sufrió graves daños en un ataque nazi el 29 de diciembre de 1940.

En 1973 concluyó el rescate arqueológico de sus catacumbas (donde todavía se pueden ver vestigios de la construcción original) y hoy es uno de los lugares más emblemáticos del Distrito Financiero de Londres: Guildhall.

El escenario, de arquitectura típicamente gótica británica, alberga un gran salón (antiguamente la nave principal de lo que fue una catedral) con decoración en madera, chapa de oro y estatuas en mármol de sir Winston Churchill, el almirante Nelson, el duque de Wellington y el conde de Chatham, algunos de los personajes más emblemáticos de la Gran Bretaña.

Un gran frontispicio de madera adornado con un cetro dorado preside el salón, si bien se ubica en el costado poniente, al lado derecho del coro. Dos grandes asientos, a manera de tronos dorados con tapicería roja, se ubican ahí: son los emplazamientos principales.

Esta noche el gran salón, adornado con todos los escudos de armas de las principales casas nobles británicas, recibió a 750 invitados, quienes vestidos de etiqueta y luciendo sus mejores joyas se congregaron para recibir a un invitado especial: el presidente de México, Enrique Peña Nieto.

La Orquesta de Cuerdas de la Condesa de Wessex amenizó la cena en la que se brindó a la salud de la reina de Inglaterra Isabel II y del Presidente de México.

“La bamba”, el vals “Sobre las olas”, el “Cielito lindo”, el tango “Por una cabeza”, el tema de la serie de televisión Downton Abbey, fueron algunas de las piezas que se tocaron durante la noche.

El “Dios salve a la reina” fue escuchado de pie y con respeto por los presentes, al inicio de los discursos. Con igual respeto se escuchó el Himno Nacional Mexicano, que entonaron discretamente algunos de los mexicanos presentes entre las 18 mesas, una de ellas de aproximadamente 30 metros de largo.

Heraldos con trompetas, vestidos de dorado y negro, anunciaron a los oradores: el lord-mayor (alcalde del Distrito Financiero) de Londres, Alan Yarrow, y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, de rigurosa etiqueta y acompañado por su esposa Angélica Rivera, quien llevaba un vestido negro con el hombro derecho descubierto.

Con el mismo protocolo conservado desde la época medieval y a la vista de los vitrales que representan los momentos más importantes de la historia británica se realizó el encuentro que concluyó alrededor de la medianoche.

El enorme servicio fue prestado por un eficiente equipo de meseros, quienes vestían traje negro y coordinado por una docena de capitanes, que se encargaban de que todo estuviera a tiempo y en su lugar.

Sólo hasta que concluyó el banquete se escucharon los discursos y, por supuesto, los brindis.

Como es la tradición, al final del banquete el lord-mayor dio gracias a Dios por la cena, y ofreció una oración que incluía gracias también no sólo por la comida en la mesa sino por el saludable apetito para disfrutarla.

Concluidos los discursos y luego de una breve respuesta del anfitrión al mensaje del invitado de honor la multitud abandonó alegremente el recinto, en el corazón del barrio financiero de Londres, uno de los lugares más antiguos de esta ciudad.